lunes, 25 de noviembre de 2019

00884 Simplicidad

PECHUGAS DE POLLO A LA PLANCHA CON PIMIENTOS DE PADRÓN


Dicho de forma burda, hoy me he levantado un tanto zen. Sería que así lo necesitaba. Cero complicaciones, ausencia de abatimientos innecesarios y fuera de mi cabeza interrogantes sin respuesta. Hoy he decidido plantearme un día de mera simplicidad.

El primer café lo he sorteado bien, sin zozobras ni caóticos pensamientos, salvo los que tengo plantados en la terraza. Terraza que, por cierto, me ha regalado unas vistas espléndidas de luz, contrastes y con el fondo de  una sierra nevada. He "hojeado" el periódico como cuando voy de porteador a un supermercado; es decir, totalmente desatento. Me imagino que habrá dañado la vista el "hojeado" anteriormente escrito. No es un ojeado de echar un vistazo sino de pasar hojas. Me hizo ver el matiz recientemente mi amigo Nacho. De tal manera he "hojeado" el diario, que no recuerdo ni un solo titular.

He decidido ir al oculista y no me ha dado hora hasta después de Navidades. Ni me he inmutado. Si la última vez en visitarle fue hace tres años, podré esperar dos o tres meses más, a pesar de que veo menos que un "maneki-neko", el insufrible gato chino de la suerte.

A la hora de comer tampoco me he complicado la existencia: Pechugas de pollo a la plancha como pimientos de Padrón. Lo más laborioso y esforzado ha sido contar veinticinco pimientos, es mi número ideal de pequeños y verdes ejemplares como acompañamiento. Podría ahora contar al respecto alguna historia o sucedido tal y como acostumbro. Pero no, no lo voy a hacer. Hoy es un día de simplicidad. Solo diré que pollo y pimientos estaban deliciosos. Así de simple, como este día.





No hay comentarios:

Publicar un comentario