viernes, 8 de noviembre de 2019

00874 La Huerta en Tempura

VOLVER A EMPEZAR

Hoy es el día de retomar las diez mil cosas que me gustan. Hacía tiempo que quería reiniciar este caleidoscopio vital, esta misión imposible que dejé en el olvido hace aproximadamente un año, pero nunca encontraba el momento. Siempre había alguna fugaz excusa para no hacerlo.

En estos casi doce meses ha habido de todo en mis días: Nuevos fracasos profesionales, sentidas pérdidas irreparables, crisis personales, decepciones... y entre medio de las zozobras, pequeñas cosas que me han seguido congraciando con la vida y con mi vida. Durante este tiempo, he ido acumulando imágenes para cuando llegara el momento de retomar el proyecto. Viajes, enclaves, paisajes, gastronomía, sensaciones, destinos, situaciones... han sido las principales dianas de mi visor a la espera de palabra.

Aún una vez decidido a que de "hoy no pasa", han vuelto los pretextos. ¿Por dónde empezar? Antes de que se repitiera la situación de otras tantas veces y que sirviera de nueva excusa, he querido cortar por lo sano: Algo que tenga que ver con un pedazo de tierra llamada huerta y que tantas alegrías me ha regalado, que tanto bien me ha hecho su cuidado y donde en los últimos meses he dejado enterradas un buen número de tristezas y penas. Un día le dedicaré su merecido y largo recorrido. 

Precisamente,  hoy ha tocado la recogida de la versión veraniega y con ella los últimos frutos de una generosa temporada. Así que he pensado darme un homenaje por todo lo alto y comer sus delicias en tempura, como si de un festín se tratara. Un cocinado que aunque me entusiasma, no acostumbro a abusar de él, lo que se traduce a que cuando lo elaboro, el disfrute se multiplica por diez. Calabacines, berenjenas, pimientos verdes y piparras han pasado por el fácil preparado de tempura en el que un día me instruyó mi querido Antonio Arazo. Tan sencillo como añadir harina a una cerveza bien fría hasta conseguir una masa ni muy líquida ni muy espesa. Introducir cortados a tiras o en rodajas en la masa los vegetales elegidos y freír en abundante aceite. Servir con unas escamas de sal Maldon por encima. De vicio su sabor, crujir y disfrute. 




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