Me ha vuelto a pillar el tiempo. Tanta es la actividad con la que intento ocupar los días y las horas en mi nueva, ya casi vieja situación, que sin saber cómo, se me ha echado la hora de comer encima y no he preparado nada. Será cuestión de improvisar. La cocina se presta a ello y en nuestra gastronomía, más si cabe.
Mientras todo esto sucedía me he retrotraído a mis tiempos de internado. Rara era la semana que no teníamos en el menú semejante plato. Contra todo pronóstico no le cogí tirria. Conozco a gente que a raíz de esas situaciones estropeó su paladar. No es mi caso. Tratándose de comer, no hago ascos a nada. Tuve un buen maestro en mi cuñado Enrique, y como dice mi hermano Manolo, sale más a cuenta hacerme un traje que invitarme a comer.
Me he interesado por el origen de esta humilde elaboración pero, para variar, no hay unanimidad. Según algunas fuentes, es un plato típico de la cocina española que nació durante la época de la Cuba colonial. Otras consideran que es netamente español, originario de las islas Canarias, que incorpora a sus ingredientes el plátano frito. De cualquier manera, se trata de un plato isleño.
Yo también he heredado el gusto por la comida de mi padre. Y por supuesto, el arroz a la cubana me chifla!
ResponderEliminarSi es que no hay nada mejor que una buena educación!
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