domingo, 16 de febrero de 2025

01592 La Birra Messina

 CRISTALLI DI SALE


 Me fascina la cerveza. En su justa medida, ha sido una de mis debilidades. Hablo en pasado, porque mi cuerpo me tiene tomada la medida. Con todo, de vez en cuando, y en ocasiones muy especiales, acudo a ella con el debido respeto. Tengo dos marcas preferidas, que voy alternando. Pero vamos, que no menosprecio al resto de elaboraciones. Eso sí, cuando viajo, me gusta deleitarme con la birra dominante del lugar. Por cierto, acabo de enterarme ahora que “el término «birra» proviene del dialecto romano y su influencia germánica. Los italianos migrantes llevaron esta palabra a diferentes partes del mundo, donde se adoptó de manera coloquial para referirse a la cerveza. Países como Argentina, Uruguay y algunas regiones de España han adoptado este término”.

A lo que iba. Por ejemplo, cuando he pasado algunos días en la atractiva isla de Cerdeña, las contadas cervezas que consumo son de la marca Ichnusa. Una cerveza producida en esta isla y que toma el nombre de la antigua denominación griega de la isla: Ichnoussa o Icnussa. En una ocasión, sentado en una terraza para tomar un aperitivo, y con la idea de agasajarme con unos calamares, acompañados de una Ichnusa, observé en una mesa contigua un llamativo botellín, aparentemente, también de cerveza. En su etiqueta alcancé a leer “Ricetta Speciale BIRRA MESSINA Cristalli di Sale”. El botellín despertó mi curiosidad. Así, que, mientras esperaba ser atendido, busqué en Internet algunos pormenores de esta cerveza. Entre otras cosas, leí que “fue concebida en Messina y que captura la esencia del Mediterráneo. Se elabora con dedicación, incorporando cristales de sal que realzan su sabor único. La dedicación a la excelencia se refleja en cada detalle, desde la selección de los ingredientes hasta el diseño de su presentación. Se trata de una cerveza lager de malta pura, que posee un color dorado característico, luminoso y con una opalescencia natural. Los cristales de sal de la zona de Trapani ayudan a desarrollar la percepción de sabores en boca, potenciando agradables notas florales y sensaciones afrutadas en el paladar. Su graduación es de 5% Vol.”

Con esta carta de presentación y de tentación, no pude dejar de probarla. La recuerdo como algo muy especial, a lo que ayudó el paisaje que me rodeaba y el cucurucho de calamares que me tomé plácidamente.

Desde aquella vez, en mis viajes a Cerdeña o a Italia, cuando toca tomar alguna cerveza, sigo fiel a la Ichnusa, si bien, si el momento lo requiere, solicito una Birra Messina.

Se da la circunstancia, que cerca de casa, hay un “aperibar” inspirado en la gastronomía siciliana. Hace unos días acudí hasta allí para tomar un aperitivo familiar. Cuál fue mi sorpresa que en la carta de bebidas se escribía la Birra Messina. Fui de cabeza a por ella. Me siguió pareciendo deliciosa, pero… me faltó algo, que, por obvio, no citaré. Y es que todo tiene su lugar y su momento.

 




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