INTERPRETAR EL SILENCIO
Tú,
que tantos desamparos has celado.
Tú,
que has coleccionado las más hermosas escenas de amor
y has escuchado en silencio,
cuan pétreo e inesperado testigo,
las rupturas más tristes todavía por escribir.
¡Claro que sé de tu soledad!
Como tú también sabes de las soledades
que hasta a ti han acudido para vaciar el llanto,
para escupir a borbotones,
entre lágrimas y palabras irrepetibles,
la aflicción de la vida,
de una vida, de tantas vidas.
Cómo no reconocer tu bondad y quietud
en momentos en los que la euforia estalla
y el abatimiento quiere refugiarse en cualquier surco
de tu honorable tala.
No es olvido,
querido banco.
Tampoco descuido ni indiferencia.
Acaso torpeza.
Torpeza por no saber interpretar tu silencio.
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