martes, 25 de febrero de 2025

01605 Las Tostadas de Salami con Pepinillo

 CURIOSA MEZCLA DE SABORES


Cuando Gloria sacó esta tostada por primera vez a la mesa, tengo que confesar que me pareció algo arriesgada. Todos sus ingredientes son de mi agrado, sobre todo el salami. No sé, algo me decía que su unión de texturas y sabores tan diferentes, no podía traer nada bueno. Pero me equivoqué. La unión del salami con el queso crema y el pepinillo me resultó muy interesante. Tanto es así, que desde aquel día esta peculiar tostada nos ha acompañado en un buen número de improvisados aperitivos. El salami, junto al chorizo pamplonica, son dos embutidos que acostumbran a formar parte de la intendencia del frigorífico.

El salami, originario de Italia y Hungría, es un embutido que se elabora con una mezcla de carnes de vacuno y porcino sazonadas, y que posteriormente se ahúma curado al aire. Es muy similar al salchichón, pero más elaborado. En italiano, salami significa embutido salado. Al igual que otros muchos productos de cerdo italianos. Leo que el "salami tiene una larga historia, incluso anterior a la antigua Roma. Durante siglos, sus variaciones regionales, así como las técnicas de preparación han creado varios tipos de estos embutidos. Cada tipo de salami se hace diferente a cualquier otro; es por eso que es difícil de describir un método de producción general”.

En cuanto a la tostada en cuestión, no puede ser más sencilla. Sobre una rebanada de pan tostado se unta queso de crema o en su defecto mantequilla. A continuación, se colocan un par de lonchas de salami y se corona la tostada con medio pepinillo cortado transversalmente. 



lunes, 24 de febrero de 2025

01604 Un Recreo Estival

 SENCILLO PAISAJE


Su pensamiento se centró en una clara mañana a la orilla del mar. Recordó cómo su pelo caía hacia un lado de su cara, frondoso y revuelto. Su pícara e infantil sonrisa competía con la hermosa luz que caía sobre un solitario paraje de dunas y brisas. Rodeado de silencio y calma, comenzó a escurrir entre los dedos de sus manos, una y otra vez, una fina y limpia arena, como un reloj sin tiempo ni medida. Grabó en su memoria un sencillo paisaje de recreo estival, que pintó en un lienzo antes de que su tiempo se lo llevara. Ahora lo mira y solo sonríe. 


domingo, 23 de febrero de 2025

01603 Entre los Primeros y Últimos Cafés del Día

LA VIDA


Entre los primeros y últimos cafés del día hay un saludo de cortesía, una mirada esquiva, una caricia comprensiva, un reproche a contrapelo, una sonrisa de bienvenida, una mueca mal traída, una palabra aprendida, otra desatendida, una cara de alegría, un llanto imprevisto, una noticia esperada, otra inesperada, un te recuerdo, un si te he visto no me acuerdo, media docena de preguntas que no encuentran respuesta, respuestas que buscan preguntas, un pensamiento difícil de explicar, una ocurrencia original, un firme caminar, un titubeante andar, un amanecer brillante, luminoso, y un anochecer oscuro y silencioso. Entre los primeros y últimos cafés del día se va tejiendo la vida.


jueves, 20 de febrero de 2025

01602 Los Jarretes de Cordero al Chilindrón

 SENCILLEZ CON UN GRAN SABOR


En la comida del día 10 de agosto, San Lorenzo, día grande en afectos en la Ciudad de Huesca, al honrar a su copatrón, es tradición que los oscenses se sienten a la mesa en torno a un buen pollo al chilindrón. Un popular guiso que, aunque todos similares, cada uno tiene, como el maestrillo, su librillo. Y es mi costumbre comer pollo de esta guisa solo en este tan señalado día. Me gusta el pollo y la susodicha salsa, pero también me gusta seguir mis pequeñas y personales tradiciones. Y esta es una de ellas.

Lo cierto, es que el chilindrón, una sencilla y sabrosa preparación en forma de salsa muy típica de la gastronomía de la parte nororiental de la península ibérica, tiene mucho recorrido y es bien recibida por otro tipo de carnes, además de la del pollo. Sus ingredientes, pimiento rojo, ajo y cebolla, así lo garantizan.

Otra de las carnes que le viene como anillo al dedo al chilindrón es la de cordero. Y dado que tengo auténtica debilidad por los jarretes de este apreciado ovino (ver entrada número 01340), que es domingo y que recibimos en casa a querida familia, que mejor que obsequiarles con este plato con sabor y olor a fiesta. Vaya por delante que se trata de una reinterpretación del original chilindrón. Es decir, la receta mantiene los ingredientes básicos más algún que otro añadido. Si sobra salsa, cosa que dudo, nada de tirar. Guardar y consumir, por ejemplo, con una tortilla francesa, para seguir con mi filosofía de "aquí no se tira nada"; ni una salsa.

Ingredientes para 4 personas: 8 jarretes de cordero, 1 cebolla, 1 pimiento verde, 1 pimiento rojo, 3 dientes de ajo, 2 pimientos choriceros secos ó carne de pimiento choricero en conserva, 1 vaso de vino blanco, caldo de carne, aceite de oliva virgen extra, pimienta y sal.

Elaboración: Salpimentar los jarretes y dorar en una olla con un poco de aceite de oliva. Añadir las verduras troceadas. Rehogar durante unos 15 minutos y añadir la pulpa de pimiento choricero. Remover. Transcurridos cinco minutos, cubrir la carne con el vaso de vino blanco y el caldo de carne. Cocinar a fuego bajo con la olla tapada hasta que la carne esté tierna. Servir caliente.









miércoles, 19 de febrero de 2025

01601 Los Semilleros

 REENCUENTRO CON LA VIDA


En la continua labor de poner orden a mi archivo fotográfico, me he encontrado con estas dos imágenes que, en un día gris, me ha reportado luz. Me han traído felices días en el huerto, en mi refugio necesitado, que dejé hace un par de años aparcado por culpa de mi compañero perruno Humphrey y la ansiedad que le producía ese espacio. Ansiedad que me transmitía y que se traducía en un continuo estado de nervios. Este año, sea como sea, volveré a retomar el huerto. Lo necesito.

Recuerdo que las plantas de judías tiernas que ilustran esta entrada fue lo último que planté hace dos años. Habitualmente, las plantas las adquiría en mi vivero de referencia, pero en los últimos años me aficioné y atreví a realizar mi propio semillero. El último año me estrené con judías, calabazas, calabacines y pimientos. Y no se me dio del todo mal la cosa. A los múltiples entretenimientos y alegrías que me proporcionaba la huerta y todo lo que ella conlleva de trabajo y dedicación, se sumaba la expectación de observar el crecimiento y desarrollo de las semillas hasta que las plantas obtenidas eran plantadas en la tierra del huerto. ¡Qué satisfacción!

Como quiera que ando escaso de satisfacciones, la cuestión es clara. Esta primavera retomaré el huerto para reencontrarme de nuevo con la vida, le guste o no a mi amigo Humphrey. Es algo más que una necesidad. 




domingo, 16 de febrero de 2025

01600 Paisajes Escritos (5)

 SALVANDO LA DESNUDEZ DEL TERRITORIO


Las laderas de las cimas pirenaicas se resuelven tupidas con el abrigo verde, salvando la desnudez del territorio.

Óleo sobre lienzo de Fernando Herce.
Texto de Antonio Herce
Exposición: Paisajes Escritos. Huesca, junio de 2015







01599 El Redondo de Ternera

EN SALSA, DE TRADICIÓN FAMILIAR


Ni sé el tiempo que no probaba un redondo de ternera en salsa. Ha sido mi hermana Gemma quien me ha sorprendido con tan tradicional y delicioso guiso, y que además, me ha regresado a la cocina de mi madre. Lo recuerdo, por aquellos años, como un plato de fiesta, de celebración y reunión familiar. Aunque practicaba varias recetas al respecto, la que hoy traigo hasta este caleidoscopio vital es la que más acostumbraba a sacar a la mesa. Y es, por otro lado, la que mi hermana me ha traído del pasado. 

Se trata de un estofado sencillo de preparar y con muy pocos y habituales ingredientes de la cocina tradicional. Protagonista del guiso es el redondo de ternera, un corte de carne de vacuno que se obtiene de la parte trasera de la res, de sus patas traseras. Es un corte magro, con muy poca grasa, de sabor suave y jugoso.

Cada sabroso bocado del redondo de ternera cocinado por Gemma, me trajo familiares imágenes en el comedor de la casa de mi madre, con los tableros de la mesa extendidos para recibir a sus hijos, a lo que más quería.

Ingredientes para 6 personas (y alguna más): 1,5 kilos de redondo de ternera, 3 cebollas medianas, 2 zanahorias, 3 dientes de ajo, 3 clavos aromáticos, pimienta en grano, 50 ml de coñac, 200 ml de carne, aceite de oliva virgen extra y sal.


Elaboración: Salpimentar la carne y atar la pieza de carne con hilo de cocina para que mantenga la forma. Trocear las cebollas, cortar las zanahorias y pelar los ajos. Reservar. Calentar en una cazuela amplia un poco de aceite de oliva y sellar la carne por todos sus lados. Cuando esté dorada, sacar del fuego y reservar. Rehogar la verduras troceadas en la misma cazuela en la que hemos dorado la carne. Una vez rehogadas, añadir los clavos aromáticos y remover. Depositar el redondo de carne sobre las verduras rehogadas e incorporar unos granos de pimienta, al gusto, junto al coñac, y cocinar hasta reducir el líquido. Agregar el caldo de carne hasta casi cubrir el redondo de ternera, tapar la cazuela y cocinar a fuego suave unas dos horas. Fundamental, que la carne no se seque. Si es necesario, incorporar más caldo. Próximo el cocinado a las dos horas, pinchar la pieza de carne para comprobar que está tierna y quitar del fuego. Dejar reposar unos minutos. Triturar la salsa o presentarla tal cual se ha cocinado. Retirar la pieza de carne de la cazuela y cortarla en rodajas en el tamaño que se desee. Servir con el acompañamiento de la salsa. 

 





01598 En el Día de San Blas

 HAY VOCES


Hay voces que susurran a lo lejos; 
voces que suavizan las noches de insomnio.
Hay voces que atrapan,
que se adhieren a la piel 
para abrigar fríos y temblores.
Hay voces amigas, aunque sean desconocidas.
Voces amables, cercanas en los días sin oficio;
voces melancólicas y risueñas. 
Hay voces que sin decir nada,
solo con su sonido, 
despiertan emociones. 
Hay voces oportunas, sugerentes, pausadas y equilibradas.
Hay voces que nacieron para ser sinceras.
Voces traídas para la libertad, todavía no perdida.
Hay voces singulares, apuestas, nobles y redondas.
Hay voces, San Blas, a las que siempre tienes que cuidar.



SAN BLAS: Cada 3 de febrero se celebra a San Blas de Sebaste, mártir, patrono de quienes padecen enfermedades o afecciones a la garganta, así como de los otorrinolaringólogos.

Ejerció la medicina de su tiempo, y está incluido en el grupo de los ‘catorce santos auxiliadores’ de la Iglesia Católica. Son llamados así, porque se les considera eficaces intercesores contra determinados males del cuerpo o del alma. Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.

Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV.




01597 Las Manitas de Cerdo en Salsa de Tomate

 PARA CHUPARSE LOS DEDOS


Vuelve a la mesa uno de mis manjares: las manitas de cerdo. Ya han dejado su firma en este caleidoscopio vital en las entradas 00361, 00550, 01028 y 01223. En esta ocasión, llegan de la mano de una receta tradicional y a cuerpo gentil, como diría mi madre. Es decir, sin demasiado acompañamiento, salvo el sabor aportado por un buen sofrito de salsa de tomate. Hacía tiempo que no las consumía y me apetecía darme un homenaje.
Para su elaboración, como no podía ser de otra manera, he tirado de mi recetario materno, con el añadido de unas cayenas, pues me gustan que piquen un pelín, sin pasarse. Aunque este guiso, como todos en general, me gusta cocinarlo de un día para otro, era tal mi impaciencia por comerlas, que las he preparado a punto de mañana para disfrutarlas a la hora de comer. Todavía me estoy chupando los dedos, porque estos también tienen su importancia en este caso. "Manitas"a la obra.

Ingredientes para 4 personas: 4 manitas de cerdo abiertas por la mitad, 2 cebollas, 2 hojas de laurel, 4 dientes de ajo, 3 guindillas de cayena, 500 gramos de tomate maduro, pimienta negra en grano al gusto, sal y aceite de oliva virgen extra.

Elaboración: Lavar y limpiar bien las manita de cerdo. Colocar las manitas en una olla y añadir media cebolla sin picar, pimienta en grano, 2 hojas de laurel y sal. Cubrir con abundante agua y cocer a fuego medio durante una hora u hora y media, o hasta que se observe que las manitas están tiernas. Mientras tanto, pochar en una cazuela con un poco de aceite de oliva, la cebolla y media restante bien picada, así como los ajos, también picados. Cuando la cebolla esté pochada, agregar las guindillas cayenas y remover. A continuación, verter el tomate, sazonar y cocinar a fuego medio hasta observar que el tomate está frito. Una vez frito el tomate, añadir las manitas de cerdo con un poco de caldo de su cocción y cocinar a fuego bajo hasta que se reduzca el líquido. Servir caliente. 




01596 Reencontrar la Calma

 SIEMPRE NECESARIA


Corrí para llegar a dónde. Hice acopio de prisas, disimulando destrezas que solo me dejaron imágenes indefinidas. Olvidé la calma en algún lugar, que no he vuelto a visitar y que ya apenas alcanzo a recordar. No puede ser más inquietante. Imágenes movidas y difusas que impiden ver la belleza del paisaje, del viaje, que es la vida. Nunca la presura debería ser bien acogida.


01595 Los Cannoli

 CRUJIENTE CORTEZA Y DULCE RICOTTA


Hoy toca volver a viajar a Italia ayudado de las imágenes y de los recuerdos. Me he levantado de la cama un tanto nostálgico. Así, que me he hecho una buena cafetera y acudido al archivo fotográfico de mi inolvidable viaje a ese hermoso país y del que me traje cerca de cinco mil fotografías. Cuando estoy tranquilo e inspirado me dedico a clasificar las instantáneas y a descartar las que no considero aceptables. Y en estas, mientras “paseaba” por la espectacular ciudad de Bolonia, me he topado con unos recordados y deliciosos “cannoli” que llegué a saborear en la terraza de una de las pastelerías de la “dotta, grassa e rossa” urbe italiana, como así se le apoda.

Los “cannoli” son unos dulces muy populares en Sicilia, sobre todo en Carnaval, aunque hoy en día se consumen en cualquier época del año. Se elaboran con una masa enrollada y se rellenan de una crema de ricota y azúcar glas. A partir de aquí, la imaginación es libre. En mi caso, aquel que probé y que ahora recuerdo, era de pistacho y fruta almibarada. Solo comí uno, no era barato, pero me hubiese comido media docena, sobre todo, después de la gran caminata que me di por la atractiva ciudad. Su frita y crujiente corteza, y su dulce ricotta son difíciles de olvidar. Dicho esto, también diré que son muy saciantes. Pero uno más, sí que me hubiese tomado, según puedo constatar en mi cuaderno de aquel viaje.

Recuerdo que para el Comisario Montalbano era una de sus comidas predilectas y que en la película “El padrino III”, Connie asesina a Don Altobello con un “cannolo” envenenado. ¡Qué cosas!

Viendo las imágenes se me han puesto los dientes largos. Suele acontecer. Como el día es largo y algo antipático, que también los hay, me he propuesto hacer unos “cannoli” con el auto augurio de que no se parecerán en nada a aquel que “elevé a los altares de la pastelería” en Bolonia, pero con una aproximación me conformaré. He ojeado varias recetas y la que más convence a mis habilidades es esta que extraigo de la revista ¡Hola! Veremos qué “cosa viene fuori”, aunque no las tengo todas conmigo.

Ingredientes: 1 huevo, 250 gramos de haría de media, fuerza, 35 gramos de azúcar, 30 gramos de mantequilla, 60 mililitros de vino moscatel, 10 mililitros de vinagre de vino y aceite de girasol para freír los “cannoli”. Para la crema: 500 gramos de ricotta y 130 gramos de azúcar. Para la decoración final: 4 cucharadas de pistachos picados, 150 gramos de chocolate negro, azúcar glas y chocolate rallado.

Elaboración: Batir el huevo, dividirlo en dos y reservar una parte en la nevera. Poner en un cuenco grande la harina, dejar un agujero en el centro y echar el resto de los ingredientes. Mezclar primero con una cuchara, luego con las manos y finalmente amasar sobre una superficie enharinada. Refrigerar la masa una hora. Sacarla del frigorífico y dejar que se atempere. Estirar hasta conseguir una masa de unos 2 mm de grosor y dividir en 14 cuadrados de unos 10 cm. Enrollar en los moldes para 'cannoli' (moldes cilíndricos) de manera que se junten dos esquinas en el centro. Pegar estas esquinas con el huevo que se había reservado y freír de dos en dos en abundante aceite 3 minutos o hasta que comiencen a dorarse. Dejar enfriar y escurrir sobre papel absorbente. Para la crema: Mezclar con una batidora la ricota con el azúcar y meter en una manga pastelera. Final de la receta: Quitar los moldes a los “cannoli”. Derretir el chocolate al baño maría, bañar los extremos de los 'cannoli' y dejar que se solidifique. Rellenar los 'cannoli' con la manga, primero por un extremo y luego por el otro, y añadir los pistachos en ambos extremos. Decorar con un azúcar glas y unas virutas de chocolate rallado.

Me pongo manos a la masa. Si los “cannoli” no vuelven a aparecer por este caleidoscopio vital, es que algo me ha salido mal. ¡A por ello!




01594 El Mensaje

 Y NO DE WASAP


Cuando me hastía el discurso de aquí abajo, miro al cielo para interpretar su lenguaje. Hoy ha sido fácil. Me recuerda que tengo que interesarme por la gente que un buen día se cruzó en mi camino y tanto bien me hizo. Es cuestión de seguir la estela que dejaron.


01593 La Despedida

 ÓLEO SOBRE LIENZO


Fue un día inusual. Sin embargo, no quiso renunciar a su válvula de escape que en los últimos años se había convertido en una obsesión. Buscó belleza y calma en su momento vital de oscuridad y desorden. Encuadró el paisaje tantas veces advertido y comenzó a deslizar sobre el pequeño lienzo discretas y titubeantes pinceladas de aprendiz.

Mientras esto sucedía, su celular no cesó de sonar. Ajeno a todo continuó con su cometido. Al cabo de tres horas, dio por finalizado su trabajo que dio por bueno. Tranquilo y sosegado, atendió la reiterada llamada. Estaba dispuesto para la despedida.


01592 La Birra Messina

 CRISTALLI DI SALE


 Me fascina la cerveza. En su justa medida, ha sido una de mis debilidades. Hablo en pasado, porque mi cuerpo me tiene tomada la medida. Con todo, de vez en cuando, y en ocasiones muy especiales, acudo a ella con el debido respeto. Tengo dos marcas preferidas, que voy alternando. Pero vamos, que no menosprecio al resto de elaboraciones. Eso sí, cuando viajo, me gusta deleitarme con la birra dominante del lugar. Por cierto, acabo de enterarme ahora que “el término «birra» proviene del dialecto romano y su influencia germánica. Los italianos migrantes llevaron esta palabra a diferentes partes del mundo, donde se adoptó de manera coloquial para referirse a la cerveza. Países como Argentina, Uruguay y algunas regiones de España han adoptado este término”.

A lo que iba. Por ejemplo, cuando he pasado algunos días en la atractiva isla de Cerdeña, las contadas cervezas que consumo son de la marca Ichnusa. Una cerveza producida en esta isla y que toma el nombre de la antigua denominación griega de la isla: Ichnoussa o Icnussa. En una ocasión, sentado en una terraza para tomar un aperitivo, y con la idea de agasajarme con unos calamares, acompañados de una Ichnusa, observé en una mesa contigua un llamativo botellín, aparentemente, también de cerveza. En su etiqueta alcancé a leer “Ricetta Speciale BIRRA MESSINA Cristalli di Sale”. El botellín despertó mi curiosidad. Así, que, mientras esperaba ser atendido, busqué en Internet algunos pormenores de esta cerveza. Entre otras cosas, leí que “fue concebida en Messina y que captura la esencia del Mediterráneo. Se elabora con dedicación, incorporando cristales de sal que realzan su sabor único. La dedicación a la excelencia se refleja en cada detalle, desde la selección de los ingredientes hasta el diseño de su presentación. Se trata de una cerveza lager de malta pura, que posee un color dorado característico, luminoso y con una opalescencia natural. Los cristales de sal de la zona de Trapani ayudan a desarrollar la percepción de sabores en boca, potenciando agradables notas florales y sensaciones afrutadas en el paladar. Su graduación es de 5% Vol.”

Con esta carta de presentación y de tentación, no pude dejar de probarla. La recuerdo como algo muy especial, a lo que ayudó el paisaje que me rodeaba y el cucurucho de calamares que me tomé plácidamente.

Desde aquella vez, en mis viajes a Cerdeña o a Italia, cuando toca tomar alguna cerveza, sigo fiel a la Ichnusa, si bien, si el momento lo requiere, solicito una Birra Messina.

Se da la circunstancia, que cerca de casa, hay un “aperibar” inspirado en la gastronomía siciliana. Hace unos días acudí hasta allí para tomar un aperitivo familiar. Cuál fue mi sorpresa que en la carta de bebidas se escribía la Birra Messina. Fui de cabeza a por ella. Me siguió pareciendo deliciosa, pero… me faltó algo, que, por obvio, no citaré. Y es que todo tiene su lugar y su momento.

 




01591 Querido Banco

 INTERPRETAR EL SILENCIO


¿Cómo no voy a saber de tu tristeza y soledad?
Tú,
que tantos desamparos has celado.
Tú,
que has coleccionado las más hermosas escenas de amor
y has escuchado en silencio,
cuan pétreo e inesperado testigo, 
las rupturas más tristes todavía por escribir.
¡Claro que sé de tu soledad!
                                                                                    Como tú también sabes de las soledades
                                                                                    que hasta a ti han acudido para vaciar el llanto,
                                                                                    para escupir a borbotones,
                                                                                    entre lágrimas y palabras irrepetibles,
                                                                                    la aflicción de la vida,
                                                                                    de una vida, de tantas vidas. 
                                                                                    Cómo no reconocer tu bondad y quietud
                                                                                    en momentos en los que la euforia estalla
                                                                                    y el abatimiento quiere refugiarse en cualquier surco
                                                                                    de tu honorable tala.
                                                                                    No es olvido,
                                                                                    querido banco.
                                                                                    Tampoco descuido ni indiferencia.
                                                                                    Acaso torpeza.
                                                                                    Torpeza por no saber interpretar tu silencio.


01590 Las Chesitas

 GALLETAS DEL PIRINEO ARAGONÉS


En esta ocasión no ha sido mi hija Jara quien, como acostumbra a hacer cuando regresa a casa de algún viaje, nos ha deleitado con algo dulce. Esta vez ha sido mi hermana Gemma quien de postre en una comida de nuestra familiar Herzada, multitudinario encuentro de Herce’s, nos ha agasajado con unas deliciosas galletas de almendras elaboradas artesanalmente en la zona. Me han parecido francamente ricas y sabrosas. He comido tres, aunque me hubiera comido la caja entera. Además, las he disfrutado frente a un paisaje querido y excepcional como es el Valle de Hecho. Un plus añadido.

Conocía estas galletas, pero solo de verlas en supermercados, ferias y otros puntos de venta. Ya he comentado en alguna ocasión que no doy un paso por los dulces, aunque si vienen a mí, como en este y otros tantos casos, los puedo llegar a disfrutar como el que más. Y es lo que sucedió con las “Chesitas”.

Estas galletas, como todo en esta vida, tiene su pequeña y gran historia detrás. Están elaboradas por la Cooperativa Selva de Oza, dedicada desde hace una veintena de años a la repostería artesanal y con ingredientes totalmente naturales; sin aditivos artificiales, ni conservantes, ni aromatizantes.

Los socios de esta cooperativa llegaron al Valle de Hecho, a Siresa, desde Zaragoza en 1994, buscando calidad de vida. Necesitaban un cambio de vida fuera de la gran ciudad y la encontraron en la pequeña localidad de Siresa después de barajar varias posibilidades.

Bajo la marca “Chesitas” comercializan magdalenas integrales, un rosco y una torta, amén de galletas de almendra, clásica, mantequilla y almendra, mantequilla y avellana, y chocolate. Según he podido leer, “anualmente producen 55.000 envases de galletas y eso que su distribución se limita al Pirineo, incluyendo la vertiente navarra, y la ciudad de Zaragoza, sin entrar en las grandes superficies”.

Bueno, pues las “Chesitas” ya no me son ajenas y me encantan. Las tendré en cuenta. Además de por su agradable sabor, su consumo me recordará que todavía no está todo perdido y que aún quedan emprendedores que apuestan por dar vida a las pequeñas poblaciones.