viernes, 5 de diciembre de 2025

01720 La Tortilla de Berenjenas

TORTILLA OTOÑAL


Está claro que la berenjena me encanta, a tenor de las entradas que le he dedicado en este caleidoscopio vital. En esta ocasión se presenta de forma sencilla y casi desnuda, sin florituras.

El caso es que este año el huerto me ha obsequiado con un buen número de ejemplares y además, de un aspecto de llamar la atención. Durante todo el verano la berenjena ha estado muy presente en mi dieta y yo encantado.

El ciclo del fruto ha llegado a su fin y es el momento de recoger los pocos que quedan en el huerto. En lo concerniente a las berenjenas, las que todavía se asoman en las ya deterioradas plantas, son de pequeño tamaño. Alguna grande también he recogido, aunque bastante maltrecha por la presencia de los caracoles. Este año, los animalitos con la casa a cuestas también han disfrutado, como yo, del huerto.

Siguiendo con mi lema de "aquí no se tira nada", he limpiado bien las moradas lágrimas para abrir la veda de las tortillas de berenjenas. ¡Y cómo las he disfrutado! ¡Qué cenas más gustosas y familiares nos han deparado! 

Se trata de una de mis preferidas tortillas otoñales. Más bien para cenar y acompañada de unas rodajitas de pan con tomate. Me resulta una tortilla cálida y de grato recuerdo. Creo que esta es la última del año. En el frigorífico todavía quedan algunas pequeñas berenjenas, pero me temo que poco o nada se podrá aprovechar ya. Me quedaré y guardaré su regusto hasta la nueva temporada. En cuatro fríos y unos cuantos soles volverán a alegrar el huerto.





miércoles, 3 de diciembre de 2025

01719 De Chiripa

 POR CASUALIDAD


Fue en un viernes de una mañana otoñal, en un paseo sin norte, de los de ver, caminar, vislumbrar y admirar. Y a cada paso, en el silencioso bosque, un crujir de hojas de secas bajo encinas que despedían sus frutos imposible ya de retener.

Detuve mi caminar, me puse en cuclillas y cogí al azar dos bellotas todavía verdes. Me gusta la apariencia de este fruto. Las deposité en la palma de mi mano izquierda y las inmortalicé en una instantánea para mis cosas de andar por casa. Un divertimento como otro cualquiera. Después, las dejé caer de mi mano para confundirse en la tierra con el resto de ejemplares y seguí mi paseo sin norte disfrutando de un paraje que parecía querer abrazarme en cada paso, en cada mirada, en cada aliento.

Al llegar a casa, retomé mi deleite revisando las fotografías realizadas a lo largo de mi paseo matinal. Hay que intentar que las bellas imágenes encuentren su acomodo en la memoria, algo cada día más complejo. Al llegar a las bellotas, algo me llamó poderosamente la atención, y que en su momento me pasó totalmente desapercibido. Una de los frutos sostenía dos minúsculas gotas de agua, dos pequeñas lágrimas de rocío. Observé la imagen detenidamente mientras a mi cabeza acudían algunas reflexiones; lo inadvertidas que nos pasan las cosas insignificantes, hasta el punto de ser incapaces de ver toda su grandeza... o que muchas de las cosas que nos pasan suceden por casualidad o porque la suerte nos ha sido favorable. Vamos, lo que viene siendo de chiripa. Y comencé a pensar, ya puestos a seguir entreteniéndome, en la cantidad de cosas y situaciones que me han sucedido y en las que la suerte oportuna o una casualidad feliz han tenido su protagonismo. Ha sido curioso el resultado, al igual que las dos bellotas con sus dos gotas de rocío.






lunes, 24 de noviembre de 2025

01718 Un Plato Disfrutón

 UNO DE TANTOS DELICIOSOS PLATOS COMBINADOS


Nunca como hasta ahora me había declarado tan fan de los platos combinados. Pero no de los platos combinados para cubrir el expediente, sino de los elaborados a conciencia, con sabor y que gusten a la vista.

Este verano la huerta ha tenido a bien regalarme una buena cosecha de pimientos morrones. Y cuando digo buena, es que ha sido excepcional. Sobre todo, si la comparo con años precedentes, cuando el número de ejemplares se podían contar con los dedos de las manos. Tan aburrido me tenían, que este año estuve a punto de pasar de ellos, pero a última hora me arrepentí, y visto el resultado, ahora no me arrepiento de haberme arrepentido. ¡Qué lío!

El caso es que, como digo, este año ha sido magnifico, ya no solo en cantidad, sino en calidad y tamaño. A casa los traía del huerto entreverados y los depositaba en un mueble de la cocina. No tardaban ni cuatro días en adquirir su característico color rojo, prestos para ser horneados. A partir de aquí, después de pelados y cortados a tiras, les esperaba una buena conserva o un gran táper que dejaba en el frigorífico para consumir a demanda, según las apetencias del momento.

El plato combinado que traigo hasta este caleidoscopio vital es un ejemplo de lo mencionado, compuesto por cuatro alimentos que se complementan a la perfección. Los loados pimientos rojos asados, solo con aceite y sal, huevo duro, tomate, también del huerto, y lomo adobado a la plancha. Suficiente para, como dice mi hija Jara, sacar a la mesa un plato "disfrutón". Y así lo acometí, disfrutándolo de principio a fin.




lunes, 17 de noviembre de 2025

01717 Las Patatas Rebozadas

 Y VAN VEINTIDÓS


A tenor de lo visto en este blog, queda claro que me encantan los empanados, rebozados y frituras, siempre con moderación, claro está. En esta ocasión, traigo hasta este caleidoscopio vital mi última adquisición: patatas rebozadas. ¡Sorprendentes! Nunca se me hubiese ocurrido y cuando las probé me parecieron de lujo.

Fue Gloria quien las trajo a la mesa. Allí me las encontré. No tenía ni la menor idea del menú. Mis días de huerto ocupan toda mi atención y prácticamente llego a mesa puesta. Después de pasear a Humphrey y de la obligada ducha para sacarme la tierra del cuerpo, me senté a la mesa y fue cuando aparecieron ante mis ojos unas pequeñas y doradas bolas aplastadas. No tenia la menor idea de qué se trataba. Pregunté y la respuesta fue: "pruébalo y averígualo tu mismo". Y así lo hice. El bocado no invitaba a confusión alguna. Estaba claro que se trataba de unas crujientes patatas rebozadas. ¡Qué cosa más rica y caprichosa! La primera porción la tomé tal cual, a pesar de estar acompañadas con una mayonesa rosa un poco picante. Las siguientes las unté en la salsa y ya fue una explosión de alegría y emoción. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de la mano de la sencillez.

Después de saborear hasta la última porción, le pregunté a Gloria sobre su elaboración y me dijo algo así como "se pelan las patatas, se cortan como si fueras a hacer patatas fritas, pero más pequeñitas, se secan bien con un paño de cocina, se cogen pequeños puñaditos, se sazonan, se pasan por harina y huevo y se fríen en aceite de oliva bien caliente. Una vez fritas, se colocan, antes de servir, en papel absorbente de cocina". Todavía sigo con la boca abierta.

A la hora de listar esta entrada, me acabo de enterar que las patatas suman ya veintidós entradas, y las que faltan por llegar. Todo un mundo este de la patata.






viernes, 7 de noviembre de 2025

01716 Los Turrones

 YA NO SOMOS LOS MISMOS


Además de las generalizadas notoriedades que nos hacen observar el paso de los años, como son el espejo al que te asomas cada día, los distintos dolores con los que te despiertas cada mañana o ver cómo han crecido tus hijos, existen otros medidores, más personales, que lo demuestran también a la perfección. De estos últimos, hay varios; uno de ellos, el turrón.

Este dulce típico y tradicional de las fiestas navideñas me gusta desde que tengo uso de razón. En mi época infantil y juvenil no había mucho dónde elegir: blando de Jijona, duro de Alicante, de yema tostada y tortas de nieve con avellanas. Mi madre siempre compraba los turrones a Antonio Cremades, un turronero alicantino, que llegado el mes de diciembre se desplazaba hasta Huesca e “improvisaba” la venta de turrones en los patios de las casas del centro de la ciudad con un cartel como reclamo en el que se podía leer: ¡ALTO AQUÍ! Por lo que escuché en alguna ocasión a mi madre, algunos años se instalaron en el portal de casa, en el Coso Bajo, 11. Yo los recuerdo ya en el portal de la casa vecina, hasta que después de muchos años se trasladaron a la calle Perena, abriendo una tienda temporal, lugar donde se localizan en la actualidad, próxima a la iglesia de Santo Domingo de la capital oscense.

He tenido la curiosidad de recoger algunos anuncios publicados ante la llegada del afamado turronero en el periódico local de la época. Y así, el más antiguo que he encontrado data del 15 de diciembre de 1892, publicado en el Diario de Huesca. Dice así literalmente: “Antonio Cremades, que tenía establecida su venta de turrones en los Porches de Verdejo, se ha trasladado con dicho género al número 9 y 11 del Coso Bajo, el que tiene el honor de ofrecer al público los géneros siguientes: Turrones de Jijona, de Alicante, Yema y de Nieve; dulces secos de todas clases y peladillas de Alcoy, todo a precios reducidos, con el fin de realizar su venta”.

Otro anuncio, también publicado en el Diario de Huesca, data del 20 de noviembre de 1897. Reza así: “¡Ya llegó! El antiguo y acreditado turronero Antonio Cremades, el cual como en años anteriores, ha traído las diferentes clases de turrones, conocidas ya en esta capital por su especialidad, y ha instalado su garita en la feria, frente a la peluquería de Ramón Pueyo”. Y uno más, encabezado por un mayúsculo ¡ALTO AQUÍ! y publicado en el diario Nueva España de Huesca el 23 de diciembre de 1949.

En épocas más recientes, el texto de los anuncios se adaptaría a los nuevos tiempos, eso sí, bajo el reclamo del consabido ¡ALTO AQUÍ¡

La presencia de este turronero en Huesca era uno de los primeros indicios externos que anunciaba la inminente llegada de la Navidad, o al menos, así siempre lo sentí. Aquellos primeros años que ahora recuerdo fueron austeros. Hermosos y sentidos años, pero austeros. También el dulce navideño corría la misma suerte. No faltó nunca, aunque se servía con discreción.

Con el paso de los años se fueron incorporando a la mesa navideña otros sabores: chocolate, coco, sin azúcar, en atención a la diabetes de mi madre, de chocolate y almendras… y un turrón de fresa y nata que comercializaba Chocolates Lacasa. Un turrón que para mí era adictivo hasta la enfermedad. Y no es una forma de hablar, ya que, en una ocasión, ya madurito yo, me puse enfermo después de ventilarme de una sentada una tableta entera. Desde aquel entonces no lo he vuelto a probar. Ni tan siquiera sé, si continúan elaborándolo.

Este dulce, sinónimo de fiesta en familia, escasamente llegaba al día de Reyes. De algunos de los aplaudidos sabores, para esta fecha ya no quedaba ni la caja. Y es aquí donde retomo, después de irme por los cerros de Úbeda, el inicio de esta entrada, cuando decía que además de las generalizadas notoriedades que nos hacen observar el paso de los años, existen otros medidores, más personales, que lo demuestran también a la perfección.

Ahora, en casa compramos menos tabletas de turrón. Los sabores tradicionales nos siguen acompañando, además de incorporar alguna novedad. El dulce navideño ya no se termina con las fiestas. Nos acompaña durante algunos meses más. Algunos años, incluso cuando aprieta el calor, todavía quedan restos. Y es que, como decía con anterioridad, el turrón sigue siendo igual de rico y placentero o más, pero, como dijo el poeta, “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. Habrá que asumirlo sin castigarnos demasiado.




jueves, 4 de septiembre de 2025

01715 El Gazpacho con Mango

INTERESANTE Y SENCILLA PROPUESTA


¡No me lo puede creer! Con lo que me gusta el gazpacho y todavía no lo había incluido en mi caleidoscopio vital. Me he querido asegurar echándole un vistazo a todas las entradas del blog y efectivamente, aún no lo había recogido. ¡No doy crédito! Precisamente, ayer elaboré un gazpacho con unos hermosos y maduros tomates pera recogidos en el huerto. Como diría mi madre, "no estoy en lo que celebro".

El caso es que el gazpacho que traigo a colación lo probé en una reciente celebración de cumpleaños familiar. No se trata del tradicional gazpacho andaluz, sino de una "reinterpretación" de esta popular sopa fría. La autora de esta delicia fue mi sobrina Isabel quien, a la hora de sacarlo a la mesa, buscó entre los comensales nuestra aprobación. Y ya lo creo que la obtuvo, y por unanimidad.

La gracia añadida a este gazpacho es el mango. El ligero dulzor del fruto le confiere a la sopa un agradable sabor, si bien la textura es algo más cremosa que el tradicional gazpacho andaluz. Me pareció una interesante propuesta, digna de ser recordada.

Ingredientes: 1 kilo de tomates maduros, 1 mango grande, 1/2 pepino, 1/2 pimiento verde italiano, 1 diente de ajo, vinagre de manzana, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, sal,  y unos pistachos tostados, así como un mango pequeño para finalizar el emplatado.

Elaboración: Pelar y trocear los tomates, el mango, el pepino, el pimiento y el ajo, e introducir todo en una batidora junto con el vinagre de manzana, el aceite y un pellizco de sal. Triturar hasta que no quede grumo alguno. Servir bien frío, y a la hora de emplatar y sacar a la mesa, añadir a cada tazón de gazpacho unos dados de mango junto con unos pistachos tostados y pelados.







miércoles, 3 de septiembre de 2025

01714 Escribir Para Recordar

 TERAPIA


A lo largo de este caleidoscopio vital, me he preguntado en innumerables ocasiones el motivo de mi empeño por continuar alimentando este blog. Cuando me entra la neura/duda de abandonar o de seguir con él, siempre vence, hasta la fecha, el hacia adelante. El agarre a tal cuestión no resulta ser siempre el mismo, aunque hay una constante que se repite llegado el momento; lo necesito, tengo necesidad de mantenerlo vivo y activo.

Hace unos cuántos días que vuelvo a arrastrar esta duda/neura. De hecho, el número de publicaciones ha descendido considerablemente en los dos últimos meses. Algo también tiene que ver, me imagino, el calor y el cansancio de mis días de huerto, cuya limpieza de su entorno parece no tener fin.

Animado sin ánimo, me he sentado frente al ordenador sin saber sobre qué escribir. No se me ocurría nada por más empeño que le he puesto. Así, que visto lo cual, me he ido a mi archivo fotográfico por si veía algo sugerente y que tuviera relación con las diez mil cosas que me gustan. Algunas imágenes de las que he visionado podían cumplir con los requisitos de este blog, pero finalmente las he ido descartando. Unas por pura pereza y otras, contagiadas por la desacostumbrada pereza. Cuando estaba a punto, un día más, de dejarlo estar, me he encontrado con la imagen que ilustra esta entrada. Data de hace catorce años y está tomada en unas vacaciones en Huelva; en concreto en El Rompido. La imagen recoge el premio diario con el que me agasajaba tras una buena y saludable caminata.

La instantánea, además de recordarme aquellos felices días de sol, playa y ocio en familia, me ha traído a la memoria una costumbre, que no era otra que la de agradecer y saludar a cada nuevo amanecer con un sencillo gesto. Aunque viniesen mal dadas, no importaba, siempre había un motivo para expresar mi gratitud a cada amanecer, a cada día de vida. Pero llegó una nefasta jornada en la que mi desencuentro con ella, con la vida, fue rotundo. A partir de ese instante, se fueron sucediendo una serie de acontecimientos que debilitaron mi existencia y mi forma de ver las cosas. Fue un tiempo convulso y desnortado. Desatendí mi vida, descuidé mis días y todo aquello en cuanto creía. Hasta clausuré saludar a los amaneceres. Es cierto que el tiempo todo lo cura. Y pasó el tiempo. Y si no curó todos mis pesares, al menos sí que consiguió cicatrizar muchas de las heridas que quedaron abiertas durante aquellos años. 

Volví a encauzar mi vida, aunque bajo mínimos. Recuperé algunos gustos y costumbres, entre estas, la de saludar a cada nuevo amanecer. Poco a poco torné a sentirme vivo. Mucha culpa de ello la tiene, precisamente, este caleidoscopio vital de buenas sensaciones y mi necesitado huerto.

Remiro de nuevo la imagen, y además de traerme al presente aquellos buenos y hermosos momentos, me dice que tengo que seguir escribiendo, aunque solo sea para obligarme a recordar los buenos y sentidos momentos que han acompañado a mi vida. 

jueves, 28 de agosto de 2025

01713 Paisajes Escritos y 16

 PEÑA OROEL


Inquietante Peña Oroel. Ella preside la gran terraza fluvioglaciar en la que se asienta la seductora ciudad de Jaca. El maravilloso mundo de la creación. La vida.

Óleo sobre lienzo de Fernando Herce.
Texto de Antonio Herce
Exposición: Paisajes Escritos. Huesca, junio de 2015




domingo, 24 de agosto de 2025

01712 El Pepino con Yogur

 POR VARIAR


En los años que llevo de aprendiz a hortelano, y son ya algunos, no recuerdo un verano tan generoso de pepinos. En mayo puse tres plantas, como todos los años, y ni sé la cantidad de frutos que he llegado a recoger. Todos los más allegados a mí han comido pepinos, e incluso los he transportado a otros puntos de la geografía española.

El caso es que no ha habido cena este estío que no me haya acompañado uno o medio pepino, en función de su tamaño. Me encanta esta hortaliza y no me complico un ápice en su preparación para consumirla. Pelar, cortar en finas ruedas, y aderezar con aceite, vinagre y sal. Es más que suficiente.

No obstante, por variar y "descubrir" otros horizontes, de vez en cuando, cambio el argumento. En esta ocasión, se trata de una sopa/crema de pepino con yogur; un tuneo de una receta aprendida de mi hermano Antonio, también forofo del pepino como yo, sencilla y sabrosa. Además, al tratarse de un resultado líquido, mis maxilares descansan y lo agradecen. Como quiera que solo la consumo yo, y que hice algo más de un litro, la sobrante la introduje en el frigorífico y he tenido para varios días. Bien, bien fresquita, algo ha aliviado los bochornos de estas noches estivales.

Ingredientes: 2 pepinos, 1 yogur, 1 diente de ajo, el zumo de medio limón y aceite de oliva virgen, sal y pimienta blanca molida al gusto.

Elaboración: Pelar y cortar el pepino en trozos medianos, pelar el diente de ajo e introducir en un procesador de alimentos o vaso de batidora. Añadir el yogur junto con el aceite, la sal, la pimienta molida y el zumo de medio limón. Triturar hasta conseguir una crema homogénea. Servir bien fría. A la hora de servir, si se desea, se pueden añadir unas gotas de aceite de oliva y algo más de pimienta molida.


miércoles, 20 de agosto de 2025

01711 Una de las Tapas de Chus

 SUMA SENCILLEZ


La sencillez de las cosas nos deparan en muchas ocasiones gratos e incluso inolvidables descubrimientos. Este caso al que voy a referirme, tiene que ver con un bocado de aperitivo, pero se puede trasladar esta apreciación a otros muchos aspectos de la vida. Suma sencillez.

El asunto es que recientemente llamé a mi amiga Chus para cerciorarme de que se encontraba en casa y así poder llevarle productos de mi generosa huerta. Habitualmente, siempre se trata de un sube y baja a su casa. Saludar, entrar las bolsas con el contenido hortícola hasta la cocina y despedida. Mi vida no da para más. Contra todo pronóstico, ese día que nos ocupa. el sol, con sus cerca de 40 grados a la una de la tarde, me echó del huerto. Me puse de nuevo en contacto con Chus para decirle que llegaría a su casa antes de lo previsto. Cuando subí, me aguardaba un delicioso aperitivo y una fría cerveza. Algunas de las delicias ofrecidas ya las conocía, pero una de ellas reclamó poderosamente mi atención. En uno de los platos, sobre unos crackers aparecían depositadas unas anchoas, acompañadas, a simple vista, por unas medias nueces de mantequilla. Mi amiga me invitó a probarlas. Creo que mi atención sobre el sencillo bocado me delató. Chus me explicó que se trataba de una tapa que había probado no hacía muchos días en un bar zaragozano y que le gustó. Efectivamente, la tapa en cuestión no guardaba secreto alguno; crackers, una buena anchoa y media nuez de mantequilla sin sal. Tras probar la primera, asentí con la cabeza. Curiosa y atractiva combinación de textura y sabores. Una propuesta a tener muy en cuenta para improvisar un aperitivo y acompañarla con una cerveza o lo que se tercie. Nunca se me hubiese ocurrido. Pero quien la ideara, acertó. Ya lo creo que acertó.

Cuando bajaba en el ascensor para volver a casa pensé, -últimamente pienso poco y mejor así-, la sencillez me ha vuelto a dar una nueva lección imprevista y gratificante.








viernes, 15 de agosto de 2025

01710 Las Chiretas

 FELIZ REENCUENTRO


Tocaba almuerzo. Comencé a leer las propuestas gastronómicas, cuando de repente, apareció ante mis ojos la palabra “chiretas”. Casi se me saltan las lágrimas de la emoción. Ya no me interesó nada más de lo ofertado. Mis compañeros de mesa se sorprendieron tanto por la elección como por mi manifiesta cara de felicidad. Tuve que explicarles que igual hacía más de veinte años que no las probaba y que hubo un tiempo, cuando vivía en Monzón y Gloria se desplazaba a la Ribagorza o al Sobrarbe por motivos de trabajo, siempre regresaba a casa con unas deliciosas chiretas. Nos encantaban cortadas a rodajas y fritas, previamente pasadas por harina y huevo. También les comenté que, en el aperitivo de nuestra boda, realizada en los claustros de la Catedral de Roda de Isábena, fueron protagonistas, junto a la torteta, morcilla, longaniza de Graus, chorizo, y otras viandas, en el inicio del festín, de un 2 de enero.

A modo de anécdota, recordé que la primera vez que comí chiretas fue en Monzón. No me gustaron absolutamente nada. Todo un fiasco. Un amigo me había regalado dos ejemplares y me dijo que, a él, como más le gustaban era al horno. Y así que las hice. No había por dónde hincarles el diente. Y eso que soy de los que no le hace ascos a nada en materia alimenticia. A la basura que fueron. Días más tarde, quedó demostrado que el problema es que no las había cocinado bien.

El caso es que, al cabo de unos días, en un bar de la mencionada localidad mediocinqueña, las ofrecían rebozadas, a modo de aperitivo, y a por ellas que fui. Me encantaron. Nada que ver con el resultado de mi torpeza. Desde aquel entonces, hasta que regresé a Huesca, mi afición por las chiretas fue creciendo sin límites. De aquí, que después de más de veinte años sin probarlas, me pareciera un lujo volver a tenerlas delante de mí sobre un plato.

Cuando las pedí, pregunté solo por curiosidad, cómo las cocinaban, y me dijeron que, en finas rodajas, a la plancha, con una picada de ajo y perejil, y con un huevo frito, opcional. Ya puestos, respondí, al completo. Nunca las había tomado de esta guisa y me parecieron exquisitas. Me hubiese tomado otro plato, pero me pareció excesivo. Para el feliz reencuentro ya estaba bien así. Además, cuando tenga antojo, ya sé dónde encontrarlas.

Para quienes no conozcan este embutido, decir que las chiretas son tripas de cordero, vueltas, cortadas y cosidas con hilo blanco en forma de saco o bolsa, y posteriormente rellenas de arroz condimentado con ajo, perejil, especias al gusto y las partes del cordero que se incluyen, en su origen, pulmón y corazón, cortadas en trocitos muy pequeños. Una vez elaborado el saco, se hierven unos tres cuartos de hora.

La palabra “chireta” proviene del verbo aragonés chirar, cuyo significado es “dar la vuelta”.

 




miércoles, 13 de agosto de 2025

01709 Mirada Agradecida

 DANZANTES DE HUESCA


Podrán pasar los años, pero el sentimiento y la mirada seguirán siempre agradecidos, aunque ya no seamos los mismos. 

lunes, 11 de agosto de 2025

01708 Paisajes Escritos 15

 HONESTOS SILENCIOS


Valles enigmáticos del Pirineo en los que habitan honestos silencios y abruptas montañas lejos del éxodo a las ciudades.

Óleo sobre lienzo de Fernando Herce.
Texto de Antonio Herce
Exposición: Paisajes Escritos. Huesca, junio de 2015


domingo, 10 de agosto de 2025

01707 En Familia

 POLLO AL CHILINDRÓN


El chilindrón, en el caso que nos ocupa, el pollo al chilindrón, sabe mucho más que a ave y huerta. Tiene el sabor del recuerdo y de la tradición. Un sabor a fiesta compartida entre nostalgias y emociones. Sabe a invitado y a familia. Lo he vuelto a ratificar, como cada año, en el 10 de agosto, mientras probaba el primer  bocado de este guiso y miraba, emocionado, la concurrida y animada mesa en torno a la que estábamos sentados en familia.


01706 Al Final de la Jornada

 10 DE AGOSTO, SAN LORENZO EN HUESCA


Santo y Patrón, no me busques en el olvido ni en la duda. Encuéntrame al final de una oración esperanzada al final de tu gran día.


01705 Mi Humilde Oración a San Lorenzo

 CADA 10 DE AGOSTO


Por los que están y por los que sin estar, permanecen siempre en cada gesto de tu fiesta; en el tañido de cada campana, en el dance de la espada y en la albahaca del rapatán, en el abrazo laurentino, en el recuerdo de mocedad aprendido y compartido, en el blanco de la amistad y el verde de la esperanza... Y en la mirada limpia y penetrante del Santo Patrón, San Lorenzo, al que vuelvo a recordar hoy, en la mañana del 10 de agosto, y le pido una sonrisa y protección para todos los oscenses.


jueves, 7 de agosto de 2025

01704 Reto o Tozudez

 TOZUDEZ O RETO


No hace muchos días, en uno de mis gratificantes cafés que acostumbro a tomar con mi amigo Pepe, no sé cómo salió a colación la cuestión de los retos. Pepe me comentaba que siempre le ha gustado tener retos en su vida y que llegada a la edad en la que nos encontramos, se hace necesario tener algunos en la recámara. A él, le encantan los retos. De hecho, ahora anda metido en alguno que otro. Yo, ese día, simplemente le escuchaba. En materia de retos estoy pez. Sí que me he propuesto a lo largo de mi vida alguno, pero no creo recordar que llegaran a buen término. Estoy pensando, pero no me viene nada a la cabeza. De los fracasos me acuerdo más. Por algo será.

Mira por dónde, que revisando fotografías de los cuadros que he pintado, este que ilustra la entrada, me ha hecho reflexionar sobre lo que me contó de los retos mi amigo y que tan solo he esgrimido un resumen, lo mollar de la conversación. Esta pintura, se trata de un paseo que me atrapó el día que anduve bajo sus árboles. Era un día precioso de luz, olía a limpio, a muy limpio, no me encontré a persona humana alguna y se me antojó que estaba disfrutando de mi personal jardín soñado. Hice unas cuantas fotografías con el objeto de, algún día, llevar este trozo de paz al lienzo. Y ese día llegó.

Comencé bien, pero conforme se sucedieron los días, el idílico cuadro se me empezó a hacer bola. Era, para mis habilidades pictóricas, bastante complejo. El exceso de vegetación y los verdes en sus distintas tonalidades me complicaban la vida. No había manera de aproximarme a lo que la fotografía me dictaba. Así, que un día que no estaba de buen talante, decidí abandonarlo.

Pasó algún tiempo hasta que volví a la carga con la decisión de no imitar a la imagen, del todo imposible para mi, pero sí de reinterpretar el modelo. Abandoné los verdes e incorporé otros colores que me ayudaran a recordar aquel lugar. Tampoco me resultó fácil, pero al final lo conseguí. 

Cuando vuelva a tomar café con mi amigo Pepe, sacaré de nuevo la conversación y le diré que aunque carezco de retos, y esto pudo ser uno, sí que soy muy testarudo, muy cabezón, como se dice en mi tierra. Este cuadro es una prueba de ello. Creo que el reto es otra cosa.


miércoles, 6 de agosto de 2025

01703 La Vida Es Como una Sandía

 RECORDANDO A FORREST GUMP


"La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar". Con esta célebre y niquelada frase comenzaba la película "Forrest Gump", magníficamente interpretada por Tom Hanks. Por cierto, me apetece volver a verla. Me lo anoto en mi libreta de asuntos pendientes.

El caso es que meto tantas horas al huerto, que hasta hablo con sus plantas y sus frutos. Hay días en los que no veo persona alguna. Mientras me tomaba un café y descansaba un rato, me he quedado mirando una sandía recién cogida de su mata y me ha venido a la cabeza la popular frase. Y he pensado que la vida también puede ser como una sandía, nunca sabes con qué dulce sabor te va a deleitar o lo sosa y sin sustancia que puede llegar a ser.

Mi suegro siempre decía que este huerto y su tierra no era apto para melones ni sandías, aunque en ocasiones, en muy contadas ocasiones, se rompe la regla, sobre todo en lo referente a sandías. Los melones los he dado por imposibles y ya ni me molesto en plantar, que para su resultado ya tengo los pepinos.

Retomando la tan traída frase, igual la caja de bombones queda más poética que la sandía. Su interpretación, como los bombones, tiene muchos matices. No lo discuto. La sandía, en cambio, o sale buena o es un fiasco, como la vida misma. O blanco o negro. Aquí si que no hay grises. 



01702 Los Espaguetis Negros con Mejillones y Botarga

 DISFRUTE PLENO Y PAUSADO


Desde que el huerto ha comenzado a regalarme sus frutos, mis comidas y cenas se basan en verduras y hortalizas, fundamentalmente. Este año está siendo especialmente generoso. No obstante, sobre todo llegado el fin de semana y en atención a otros gustos familiares, la huerta deja paso a otros sabores.

En esta ocasión, los protagonistas han sido unos deliciosos espaguetis negros con mejillones y botarga. Aunque todo, absolutamente todo, procedente de la huerta me encanta, echaba en falta este tipo de platos. Y este, especialmente.

Su preparación es super sencilla, además de rápida. Este cocinado, en un principio, lo preparábamos en casa con espaguetis blancos y mejillones, pero en los últimos tiempos, no sé si contagiados por cuanto nos rodea, es broma, todo es negro: espaguetis negros, arroces negros... El añadido de la botarga, especialidad gastronómica mediterránea hecha a base de huevas de pescado saladas y secas, fue a raíz de nuestro primer viaje a la isla de Cerdeña. Desde aquel entonces, y tras probar unos espaguetis con almejas y huevas de mujol, rara es la vez que no nos acompaña en las pastas con ingredientes marinos. Es una auténtica pasada el sabor que les confiere. Mañana volveré a los platos de huerta, pero de momento, disfrutaré plena y pausadamente de esta exquisitez.

Ingredientes para 4 personas: 500 gramos de espaguetis negros, 1 kilo de mejillones, 3 dientes de ajo, 3 guindillas cayenas, aceite de oliva virgen extra y botarga rayada en la cantidad que se desee.

Elaboración: En una sartén con un poco de aceite de oliva, cocinar los ajos picados y las cayenas, una troceada y las otras dos enteras. Cuando comience a dorarse el ajo, incorporar la pasta, escurrida, que habremos cocido previamente en abundante agua con sal. Remover a fuego medo durante un minuto. Añadir los mejillones sin sus valvas y que deberemos haber abierto al vapor. Remover durante un minuto para que se integren los sabores. A la hora de servir, rallar sobre cada ración ya en el plato, una buena cantidad de huevas. Servir caliente. 



domingo, 3 de agosto de 2025

01701 El Café en el Huerto

 EL MEJOR DEL DÍA


El café me gusta tomarlo en cualquier lugar y a cualquier hora. Desde hace muchos años se ha convertido en mi "bebida" de referencia. No pongo reparo alguno. Reconozco que me encanta, casi en exceso. Dicho lo cual, tengo que añadir que en los últimos años, donde más lo disfruto, en toda su plenitud, es en el huerto, justo antes de iniciar la faena.

Un café bebido en el termo donde lo he transportado y acompañado de un cigarrillo, mientras miro la tierra trazada, que espera mis diarias atenciones. Un café en soledad, sin ruidos, si acaso, el sonido del trinar de algunas aves que paran unos segundos en el huerto para continuar en otro lugar sus juegos. 

Es un café sin pensamientos. Ya es difícil. Pero sí, sin pensamiento alguno. Solo la mirada y la ilusión por lo que ha de venir, marcan tan preciado instante. Y así, un día tras otro. Como si se tratase de un ritual, me cambio de ropa, me siento en la pequeña acequia del huerto y voy saboreando pequeños y amargos sorbos de café. Me hace sentir bien y creo que este momento hasta me reconforta. Definitivamente, mi mejor café es el que me tomo sin prisas, sin ansias, sin sentirme observado, sin reproches, sin nada que me perturbe, sin lágrimas, sin reparos... Ese café que me tomo cada día en el huerto, justo antes de comenzar a mancharme felizmente con la tierra.


viernes, 1 de agosto de 2025

01700 Las Imágenes Paradójicas

 UN DIVERTIDO ENTRETENIMIENTO


De vez en cuando, en el ocioso caminar, te encuentras con imágenes paradójicas, que mirándolas detenidamente, son capaces de dibujarte una sonrisa. Esta es una de ellas. Es lo que parece; una torre vigía bajo un cielo cubierto de nubes con sus claros. Pero en ese entretenimiento, infantil entretenimiento, de cambiar la realidad por la utopía, pensé que bien podría tratarse de una chimenea que en lugar de arrojar humo, lanzara cielo de un intenso azul. Paradójico y del todo imposible. Aunque quien sabe, cosas más raras se ven en el devenir de los días.  


jueves, 31 de julio de 2025

01699 Tan Lejos y Tan Cerca

 SENCILLOS RECUERDOS


Tan lejos la edad y tan cercanos aquellos juegos. Cambio de cromos en las mañanas de los domingos, lazos de colores para los días de diario, columpios donde dibujar sonrisas para regalárselas al aire... Las mismas sonrisas que ahora me traen aquellos recuerdos. 

01698 Los Cardos a la Navarra

 DE TRADICIÓN


El cardo, con una ligera salsa bechamel y piñones, nunca faltó en mi casa materna en la cena de Nochebuena. Por aquellos años, este vegetal, como tantas otras cosas, solo se podía consumir en su temporada, que no era otra que durante el invierno. Con los años se popularizaron todo tipo de conservas, entre las que no podían faltar mis apreciados cardos. Ahora, para mi satisfacción, acostumbro a sacarlo a la mesa durante todo el año.

Habitualmente preparo esta verdura, una vez cocida, con unas buenas lajas de ajo frito en aceite de oliva virgen. Es más que suficiente para dulcificar una de las joyas de la huerta, por su sabor y textura inconfundibles.

En esta ocasión, he dado un paso más y los he cocinado a la Navarra. Para qué contar más. Además, los dos frascos en conserva utilizados, venían de esa tierra. Sencillos de preparar y donde el jamón serrano, la cebolla, el caldo de carne y el ajo elevan este cocinado a lo más alto del podium de la cocina casera tradicional. 

Ha sido un auténtico disfrute reencontrarme con este plato de verdura, además de recordarme que pronto tendré que plantar cardos en el huerto.

Ingredientes para 6 personas: 1 kilo de cardo fresco o en conserva. En esta ocasión, ha sido en conserva. 400 ml de caldo de verduras o de carne, 250 gramos de jamón serrano cortado en tacos, 1 cebolla mediana, 2 dientes de ajo, 1 cucharada sopera de harina de trigo, aceite de oliva virgen extra y sal.

Elaboración: Pelar y cortar la cebolla muy fina. Pelar y picar los dientes de ajo. Calentar un poco de aceite en una sartén amplia. Cuando el aceite esté caliente, incorporar la cebolla y los ajos. Cocinar a fuego medio hasta que la cebolla adquiera un tono dorado. Añadir el jamón y cocinar durante un par de minutos. Añadir la cucharada de harina y mezclar. Incorporar el caldo. Cuando esté caliente, añadir el cardo y remover. Cocinar durante unos cinco minutos, removiendo de vez en cuando. Rectificar de sal y servir caliente.




lunes, 21 de julio de 2025

01697 Paisajes Escritos 14

 PLENITUD INFINITA


Decía Jean François Millet, que lo más alegre que llegó a conocer fue la calma, el silencio de los bosques y campos. Miguel de Unamuno acudía al regazo de las montañas por fuerzas "para seguir luchando por la lucha". Y la luz viviente, con sentimientos y pasiones. La madre tierra en su plenitud infinita, queda.

Óleo sobre lienzo de Fernando Herce.
Texto de Antonio Herce
Exposición: Paisajes Escritos. Huesca, junio de 2015

sábado, 19 de julio de 2025

01696 Recuerdo de una Tarde

 DE VERANO


Recuerdo aquella tarde en la que me propuse aprender a pintar olas. A esa labor dediqué varias horas en un día de nubes y claros. Mientras mezclaba colores, a la espuma de la ola le confié mis deseos y temores. Si se los llevó o los dejó en la húmeda arena, no lo sé. El suave rumor y la salada brisa despistaron mi atención


viernes, 18 de julio de 2025

01695 Ya Están Aquí

 LOS AVENTAJADOS DE LA CLASE


He vuelto a retomar las labores hortícolas tras dos años de ausencia. Necesitaba con urgencia volver a enterrar sinsabores y desengaños, y plantar vida e ilusionada esperanza. Así, tal y como acostumbraba, después de preparar la tierra, el 15 de mayo, San Isidro, comencé a alinear las diminutas plantas en la fértil tierra. Me llevó unos días. Mi cuerpo, además de maltrecho, no está para muchos festivales. Me lo tomé con calma, con mucha calma e intentando disfrutar de cada momento. En poco más de un mes de intenso trabajo, pues además de mimar el huerto tuve que limpiar de hierbas todo el entorno, las plantas comenzaron a asomar sus verdores. Siempre esta imagen me parece un espectáculo. En los primeros día de julio, la planta del calabacín hizo gala de sus grandes y llamativas hojas, y en medio de su follaje dejaba entrever ya sus enormes flores amarillas. Si todo iba bien, en una semana el huerto iniciaría a regalar sus tesoros. Una mañana, después de dos días de mi involuntaria ausencia, vi los primeros calabacines. Y pensé con la sonrisa puesta: "Ya están aquí los aventajados de la clase". Agradecí su presencia. Mereció la pena todo el esfuerzo. El ciclo de la vida me volvía a reconfortar y a hacer que estuviera bien conmigo, cuando me llevo francamente mal.


01694 El Olor de las Tomateras

 GRATO Y SEDUCTOR


Igual me repito. Me cuesta controlar lo dicho y lo ausente. El caso es que esta mañana he estado atando las tomateras. Después de varias horas de revisión de las plantas, todo mi cuerpo olía a tomatera. Su olor me produce felicidad. Me he recreado con el grato y seductor aroma de las tomateras. Y he pensado una vez más, que si alguien ideara un perfume con esencia de tomate, yo sería sin duda un fervoroso consumidor. De momento, me conformaré con el roce de sus hojas en mi piel.

miércoles, 16 de julio de 2025

01693 Momentazo

 EL HUERTO, SIEMPRE EL HUERTO


Cuando la tarde cae sobre el huerto y una dulce sensación de paz y armonía lo inunda todo


lunes, 14 de julio de 2025

viernes, 11 de julio de 2025

01691 Necesitada Renovación

 PENSAMIENTOS A LA FUGA


Se han ido. No han pedido permiso. Simplemente, se han marchado. Hoy, mis pensamientos me han abandonado. No me han comunicado su destino. Espero que allá donde fueren, regresen renovados. 


martes, 8 de julio de 2025

01690 Paisajes Escritos 13

SIERRAS ESCONDIDAS


Sierras escondidas al amparo de bravías cordilleras kársticas. Bosques de hondo latido y ardiente oscuridad. 

Óleo sobre lienzo de Fernando Herce.
Texto de Antonio Herce
Exposición: Paisajes Escritos. Huesca, junio de 2015



lunes, 7 de julio de 2025

01689 Esta Vez Elijo Yo

 PARA VARIAR


¿Quedamos?

¿Dónde siempre?

No. Esta vez elijo yo.

Nos vemos en cualquier lugar 

en el que el color se haga costumbre.



miércoles, 2 de julio de 2025

01688 Una Pequeña Lección de Vida

 PACIENCIA Y ESPERANZA


Una nueva lección de la Naturaleza. Cuando planté, allá por mayo, estas plantas de berenjena, a los pocos días comenzaron a perder su lozanía. Estuve a punto de arrancarlas y poner otras nuevas. Pero algo me dijo, “espera”. Y así lo hice. De estar tumbadas en la tierra con apenas dos o tres hojas, comenzaron a erguirse y a mostrar su verdor. Hoy, respiran vida al amparo de la Naturaleza y sus ganas de ser y existir. Hoy, he recordado una de las sencillas reglas de la vida; paciencia y esperanza.


01687 Otra Vez el Mar y Yo

 ¡QUÉ GUAY!


Escucho a mi lado la voz de un niño decir ¡el mar, qué guay!  Y yo digo en voz queda, ¡sí, que guay!

Miro a mi alrededor y no veo a nadie. Solo estamos el mar y yo.


martes, 1 de julio de 2025

01686 No Siempre Resulta Fácil

 SONREÍR


No siempre resulta fácil sonreír. A veces cuesta esfuerzo. Sobre todo en esos días en los que no pasa nada y sucede de todo. Es entonces, cuando la naturaleza sala tu paso para sacarte la sonrisa que pensabas haber dejado en casa. Por algo dicen que es sabia. También por estas pequeñas cosas.

lunes, 30 de junio de 2025

01685 Así Tendría Que Ser

 UN AGRADECIMIENTO Y UN PERDÓN


He perdido la mirada en un punto anclado en un silencioso cielo de atardecida. Contagiado por el mutismo del momento, hasta mis pensamientos han querido respetar tan amable y necesitado sosiego. Todos, menos uno. Aquel que me ha recordado que en cada día cabe, por lo menos, un agradecimiento y un perdón.