UNO DE TANTOS DELICIOSOS PLATOS COMBINADOS
Este verano la huerta ha tenido a bien regalarme una buena cosecha de pimientos morrones. Y cuando digo buena, es que ha sido excepcional. Sobre todo, si la comparo con años precedentes, cuando el número de ejemplares se podían contar con los dedos de las manos. Tan aburrido me tenían, que este año estuve a punto de pasar de ellos, pero a última hora me arrepentí, y visto el resultado, ahora no me arrepiento de haberme arrepentido. ¡Qué lío!
El caso es que, como digo, este año ha sido magnifico, ya no solo en cantidad, sino en calidad y tamaño. A casa los traía del huerto entreverados y los depositaba en un mueble de la cocina. No tardaban ni cuatro días en adquirir su característico color rojo, prestos para ser horneados. A partir de aquí, después de pelados y cortados a tiras, les esperaba una buena conserva o un gran táper que dejaba en el frigorífico para consumir a demanda, según las apetencias del momento.
El plato combinado que traigo hasta este caleidoscopio vital es un ejemplo de lo mencionado, compuesto por cuatro alimentos que se complementan a la perfección. Los loados pimientos rojos asados, solo con aceite y sal, huevo duro, tomate, también del huerto, y lomo adobado a la plancha. Suficiente para, como dice mi hija Jara, sacar a la mesa un plato "disfrutón". Y así lo acometí, disfrutándolo de principio a fin.
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