TOZUDEZ O RETO
Mira por dónde, que revisando fotografías de los cuadros que he pintado, este que ilustra la entrada, me ha hecho reflexionar sobre lo que me contó de los retos mi amigo y que tan solo he esgrimido un resumen, lo mollar de la conversación. Esta pintura, se trata de un paseo que me atrapó el día que anduve bajo sus árboles. Era un día precioso de luz, olía a limpio, a muy limpio, no me encontré a persona humana alguna y se me antojó que estaba disfrutando de mi personal jardín soñado. Hice unas cuantas fotografías con el objeto de, algún día, llevar este trozo de paz al lienzo. Y ese día llegó.
Comencé bien, pero conforme se sucedieron los días, el idílico cuadro se me empezó a hacer bola. Era, para mis habilidades pictóricas, bastante complejo. El exceso de vegetación y los verdes en sus distintas tonalidades me complicaban la vida. No había manera de aproximarme a lo que la fotografía me dictaba. Así, que un día que no estaba de buen talante, decidí abandonarlo.
Pasó algún tiempo hasta que volví a la carga con la decisión de no imitar a la imagen, del todo imposible para mi, pero sí de reinterpretar el modelo. Abandoné los verdes e incorporé otros colores que me ayudaran a recordar aquel lugar. Tampoco me resultó fácil, pero al final lo conseguí.
Cuando vuelva a tomar café con mi amigo Pepe, sacaré de nuevo la conversación y le diré que aunque carezco de retos, y esto pudo ser uno, sí que soy muy testarudo, muy cabezón, como se dice en mi tierra. Este cuadro es una prueba de ello. Creo que el reto es otra cosa.
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