DE TODO MI AGRADO
Hace tiempo que no paseo por aquí a uno de mis moluscos
favoritos, que no es otro que el mejillón. Ya he comentado en alguna ocasión
que me gustan de cualquier manera. Me da igual que se presenten simplemente
hervidos que, con tomate, rellenos, en conserva… Tratándose del mejillón, todo
me va bien. La forma de sacarlos a la mesa dependerá del tiempo que tenga a
bien dedicarle en la cocina. En esta ocasión, voy a entregarme a él para cocinarlo
con la “alegría” que trae el picante. Como siempre, receta sencilla y de todo
mi agrado.
Elaboración: Limpiar bien los mejillones e introducirlos en
una cazuela con el vino blanco. Cocinar hasta que se abran. Reservar. A
continuación, picar la cebolla y pocharla en una sartén con un poco de aceite
de oliva. Una vez pochada, añadir los ajos y el pimiento verde, también picados.
Sazonar. Cuando la verdura esté en su punto de cocinado, incorporar las tres
cayenas (2 enteras y la tercera desmenuzada). Añadir parte del jugo de los
mejillones y la salsa de tomate. Cocinar hasta que hierva la salsa e incorporar
los mejillones con su concha. Cocinar removiendo durante unos cuatro minutos y
servir.
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