miércoles, 25 de mayo de 2016

00295 Las Piparras

GUINDILLAS VASCAS


Aunque ahora las consumo con menos frecuencia que hace unos años, siempre hay un frasco de piparras en vinagre en la nevera. Nunca se sabe cuando pueden apetecer o cuando puede aparecer un plato imprevisto que requiera su presencia. Son muy socorridas para esos viajes al frigorífico en busca de nada en concreto. De hecho, es lo que acabo de hacer justo antes de sentarme al ordenador. He ido a la nevera para calmar el gusanillo y no he visto nada frugal que me entrara por los ojos. Pero allí estaban las piparras esperándome cuan comodín de la baraja. Así que he cogido un plato y he depositado media docena de ellas. No son muy grandes y tampoco pican.

Hace unos años, cuando salía más barato comprarme un traje que invitarme a comer, no había legumbre que no fuera acompañada de un buen plato de piparras en su versión encurtida; sobre todo si se trataba de alubias. Incluso con algún pescado o ensalada también me gustaba tener algunas piparras a mano que mordisquear. De sobresaliente también, un par de huevos fritos en buen aceite de oliva y acompañadas de fritas piparras frescas. Por cierto, hace tiempo que no los he visto juntos en la mesa. Este fin de semana podrían reconocerse. Vi en la frutería que habían llegado las primeras de la temprana temporada.

Ahora, a falta de buenos platos de legumbres, me conformo con tomarlas como lo estoy haciendo en estos instantes, "a capella", o en esporádicos caprichos a modo de banderilla con la tradicional anchoa y sus correspondientes dos aceitunas; las populares "Gildas".  En otras ocasiones, ya en plan más "sibarita", doy entrada al pan, a ser posible de nueces,  y sobre él coloco una sardinilla y una piparra o unas huevas de bacalao y su correspondiente piparra. Otras, inserto en un palillo dos langostinos pelados, una piparra y los recubro de mayonesa. Entran y sientan bien.

Siempre he oído decir que las mejores piparras son las guindillas de  Ibarra. Se trata de un ecotipo de guindilla desarrollado en el País Vasco que se ha convertido en un producto de reconocida fama entre los consumidores por su sabor y ternura. Leo que la fama que le acompaña ha originado que en muchas guindillas del mercado se utilice el nombre de "vascas" aunque no reúnan las peculiaridades que han dado reconocimiento de calidad al producto. Esta guindilla pertenece a una variedad autóctona de pimiento que ha desarrollado una serie de características que las diferencian de otros debido a la transformación que ha sufrido la planta al ir adaptándose a las características climatológicas de la zona. Aquí, la plantación se realiza entre abril y mayo. La recolección va desde finales de julio hasta finales de octubre o mediados de noviembre. La recogida de guindilla varía siendo cada dos días en los meses soleados y llegando a ser cada quince días en época de mal tiempo.

Leo también que las piparras contienen una gran cantidad de vitamina C y que suelen ayudar a quemar grasas durante la digestión. Ayudan a combatir los irritantes gástricos como los ácidos y el alcohol, el colesterol, el catarro bronquial y los dolores de lumbago. Además, son beneficiosas como analgésico para combatir el dolor, para destruir los hongos y mohos, para la digestión y abrir el apetito.









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