EL MANÁ PARA LAS JORNADAS SIN CAUSA
para las amanecidas de los días
fallidos y sin alma.
No hay prisa.
La belleza absorberá
cada hilo de desesperanza.
Lo prioritario no es la felicidad,
sino aquello placentero,
aunque sea pasajero.
Es la manera
de no fallecer en el intento;
el maná para las jornadas sin causa.
Ser flor perfumada
para los días de quebranto.
Es lo que yo quiero.
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