"LAS PIPAS DEL MAR"
Así es como las denomino e identifico. Y es que al igual que las pipas, empiezas a comer y no paras. Son entretenidas de comer, fáciles de elaborar y muy caprichosas. Una buena ración de coquinas, acompañada de una cerveza bien fresquita o un refrescante vino blanco y ¡para qué pedir más!
Acostumbro a cocinarlas, cuando tengo oportunidad, tal y como en una ocasión me recomendó una simpática pescatera en el mercado de abastos de "El Carmen" de Huelva. Con esa gracia que suelen regalar me dijo algo así: "En una sartén pone un buen aceite de oliva y unos ajitos cortados a láminas finas. Antes de que comiencen a dorarse los ajos, eche las coquinas, tape la sartén, y nada, en un par de minutos, nada más que se abran las coquinas, ya está. Saque la sartén del fuego y a comer. A mí me gusta echarles una pellizquita de sal y pimentón dulce, aunque también se lo puede poner picante. Ya me dirá qué le ha parecido". Y así las hice y así le dije a los pocos días: "Buenísimas". Eso sí, hicimos corto, porque como con las pipas, es empezar y no acabar.
Coquina es como denominan en Andalucía a este molusco bivalvo. Su nombre genérico es "Donax", caña en griego, nombre dado por Gayo Plinio, Plinio el Viejo, 23-79 d. C., naturalista y procurador imperial romano, autor de la obra Naturalis Historia. En Valencia se le conoce como tellina; tellerina, tallarina o tellerina en Cataluña; coquina, cadelucha o navalla, en Galicia; tellerina o xarleta en Baleares; y kadeluxa en el País Vasco.
Leo que es un molusco que no crece de manera constante, lo hacen según las condiciones ambientales, temperatura, alimento o calidad del agua, y su concha es un continuo registro medioambiental. Durante los primeros dos meses y medio de vida, primavera-verano, experimentan un rápido crecimiento, y sobre todo en el primer año de vida, al final de cuyo periodo, la mayoría de los animales alcanzan la mitad de su tamaño máximo. En otoño-invierno se produce una desaceleración, con lento crecimiento e inclusive, hasta puede detenerse.
En el Mediterráneo, donde la temperatura del agua rara vez cae por debajo de 12 grados centígrados, las poblaciones de este molusco tienen un crecimiento más rápido que las del Atlántico. Las tallas más comunes en el Mediterráneo son entre 25 y 35 mm, excepcionalmente por encima de 50 mm; en el Atlántico, entre 30 y 42 mm, rara vez por encima de los 52 mm.
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