PALABRAS PARA UN PAISAJE
En algún lugar de Villalangua descansa el tributo de la dicha que aguarda paciente las horas del día entre musgos, copas y caminos empedrados. Lugar de ensueño de verde cielo y azul florido en las horas de descanso. El silencio arrulla, que no estremece, el idilio de un paisaje armonioso de veredas y de árboles que parecen gigantes a pesar de su realce.
Todavía oigo las risas de una mañana de sol sobre un mantel tendido. Todavía puedo escuchar el sonido del asombro ante el hallazgo entre la tierra y a qué suena la precaución ante un cazador con rifle en bandolera. Todavía alcanzo a recordar el beso almibarado entre dos árboles que no se alcanzaban, mientras el tiempo se hacía aire entre filigranas doradas.
En algún lugar de Villalangua aguardan los suspiros prendidos en las ramas de un húmedo bosque anclado en un paisaje tocado por una sutil y sentida calma. Suspiros de dicha, suspiros por nada, suspiros que esperan un nuevo regreso antes pronto que mañana.
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