UN SORPRENDENTE ESPECTÁCULO
Hubo un tiempo en el que mis hermanos Pepe y Antonio, extraordinarios cocinitas ellos, cuando venían a casa a pasar un fin de semana o un periodo vacacional, nos deleitaban a mi madre y a un servidor, con alguna excelente y novedosa elaboración gastronómica aprendida en ¡vaya usted a saber dónde! De aquellos años guardo en mi memoria algún que otro plato que acostumbro a poner en práctica para que no caiga en el olvido. Porque cuando digo que hubo un tiempo, me refiero a aquellos años en los que las chirlas, siempre de doscientos en doscientos gramos, las adquiríamos en la pescadería de debajo de casa, servidas en un cucurucho de "papel de pescado".
De aquellos año traigo aquí una receta aprendida de mi hermano Antonio. Sencilla y atractiva; huevos con chirlas. Comenzaremos por hacer un sofrito de tomate natural con ajos, en abundancia, sin escatimar y un par de cayenas. Cuando el sofrito esté casi en su punto, añadimos las chirlas y las mezclamos bien con el sofrito hasta que se abran. Por último, echamos los huevos, bajamos el fuego y tapamos la cazuela hasta que cuajen. Podemos añadir unas hojas de perejil picadas a la hora de servir a la mesa. No molestan.
Así de sencillo es este recuerdo gastronómico cuyo resultado es de auténtico espectáculo. La última vez que lo hicimos en casa, nos vinimos arriba y lo hicimos con almejas. De lujo.
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