De aquellos año traigo aquí una receta aprendida de mi hermano Antonio. Sencilla y atractiva; huevos con chirlas. Comenzaremos por hacer un sofrito de tomate natural con ajos, en abundancia, sin escatimar y un par de cayenas. Cuando el sofrito esté casi en su punto, añadimos las chirlas y las mezclamos bien con el sofrito hasta que se abran. Por último, echamos los huevos, bajamos el fuego y tapamos la cazuela hasta que cuajen. Podemos añadir unas hojas de perejil picadas a la hora de servir a la mesa. No molestan.
Así de sencillo es este recuerdo gastronómico cuyo resultado es de auténtico espectáculo. La última vez que lo hicimos en casa, nos vinimos arriba y lo hicimos con almejas. De lujo.
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