jueves, 4 de enero de 2018

00609 Las Anchoas Rellenas

DE BONITO CON TOMATE

Traigo hasta aquí por la puerta grande otra de las caprichosas delicias de la cocina doméstica de mi familia bilbaína. Otro de esos manjares que además de dejar un buen gusto en el paladar, buscan acomodo en algún rincón de la memoria. Rara es la vez que al regreso de la visita a esa querida casa fraterna mis sentidos gastronómicos no suman una buena nueva que contar.

En esta ocasión, la exquisitez salió de las manos de mi querida Sara, cuñada de mi hermano Antonio. Sara es experta en las elaboraciones que requieren tino, destreza y paciencia. Recuerdo, por ejemplo, y ya quedó su pequeña historia en este blog reflejada, los pimientos rellenos de bechamel y enalbardados. Otra delicia. Esta vez fueron unas anchoas rellenas de bonito con tomate. Solo volver a ver las fotografías ya salivo.

No es una elaboración dificultosa, pero sí entretenida. Primero, se limpian las anchoas frescas, que no sean muy grandes, y las colocamos  una a una abiertas en libro. Realizada esta operación, se prepara una farsa para el relleno a base de bonito y tomate frito. Mezclar bien hasta que el bonito quede totalmente desmigado. A continuación, se coloca una cucharada de bonito y tomate sobre una anchoa y tapamos la farsa con otra anchoa. Finalmente, se pasan por harina y huevo y se fríen.

El resultado no puede ser más placentero al paladar. La anchoa es siempre un éxito seguro y en este caso, los añadidos que la acompañan no pueden ser más certeros. La paciencia y dedicación a esta elaboración tienen su justa recompensa. Sencillamente una exquisitez.






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