domingo, 4 de septiembre de 2016

00351 Los Boquerones al Ajillo

DELICIOSA IMPROVISACIÓN


El boquerón, junto con la sardina y el jurel, son los tres pescados azules más consumidos en España. En casa reafirmamos la estadística sobre todo en lo que concierne al boquerón y a la sardina. En el caso del boquerón, nos gusta de cualquier manera, si bien últimamente los consumimos encebollado.. Cuando los vuelva a hacer Gloria y me acuerde de hacerles unas fotografías los traeré a esta ventana. 


El caso es que en nuestra última estancia en tierras santanderinas, Gloria se presentó un día en casa con un kilo de este sabroso pescado. Estaba bien de precio y su aspecto era magnífico. Por supuesto, en la primera entrega los comimos encebollados.

El regreso a Huesca estaba próximo y había que hacer limpia de frigorífico. Todavía quedaban boquerones aunque no cebolla. Vi entonces unos ajos y nuestro pequeño frasco de cayena viajera. Así que en una sartén vertí un más que generoso chorro de aceite de oliva virgen, pelé y corté tres dientes de ajos, y añadí tres cayenas, dos enteras y la tercera, desmenuzada. Puse la sartén al fuego y cuando los ajos comenzaron a dorarse, incorporé los boquerones limpios de cabeza y entrañas. Unas cuantas suaves vueltas de cuchara de madera, las suficientes para quitarle su natural color al boquerón y listo. ¡Qué improvisación más deliciosa!

Ahora el debate en casa es si encebollados o al ajillo. La cosa es meridiana. Si hay cebolla, encebollados, y si no, al ajillo.








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