UN GUISO DE REFERENCIA
Hacía tiempo que no tenía entre mis manos el cuaderno en el
que a lo largo de los años he ido apuntando las recetas aprendidas de mi madre
y que guardo como oro en paño. En este caleidoscopio vital he compartido el grueso
de ellas, pero todavía quedan gratas sorpresas, como, por ejemplo, la que
traigo en esta ocasión.
Se trata de una receta de origen humilde, muy humilde, pero
con toda la fuerza, energía y sabor de un buen plato y, además, de cuchara. Un
plato de la gente del campo, de los vendimiadores de mi querida tierra riojana,
aunque muy extendido por el resto de España. A mi madre le encantaba guisarlo.
Ya no por su bajo coste, era una excelente economista doméstica, sino porque le
recordaba mucho a sus viajes a La Rioja, cuando iban a visitar a los familiares
de mi padre. Todo esto, unido a su sencillez y a su delicioso sabor.
Tan solo son necesarios siete ingredientes, además de agua,
aceite y sal. A saber, patatas, chorizo, pimiento choricero, pimentón, cebolla,
ajo y laurel. Suficiente para hacer unas exquisitas patatas a la riojana. Si
será delicioso, que en una ocasión leí que Paul Bocuse, estrella de la cocina
francesa y considerado como el mejor chef del siglo XX, llegó a decir: “Una
receta así debe representar a España en el mundo entero, porque es lo más
sabroso que he probado en mi vida”.
Hace algunos años que no las comía y me han sabido a
verdadero manjar, además de remover mi baúl de las emociones. Totalmente de
acuerdo con Bocuse.
Elaboración: Calentar en una olla un generoso chorro de
aceite de oliva. Añadir la cebolla picada y pochar. Una vez pochada la cebolla,
incorporar los ajos, también picados. Cocinar,
sin parar de remover, durante unos dos minutos. A continuación, incorporar el
chorizo cortado a rodajas y una cucharada de carne de pimiento choricero.
Rehogar durante un par de minutos. Pelar y chascar las patatas. Es decir, el
último tramo del corte a la patata, en lugar de un corte limpio, lo arrancamos.
De esta manera, durante la cocción, la patata soltará más almidón y dará más
cuerpo al guiso. Incorporar las patatas al guiso y remover. Cubrir las patatas
con agua, como un par de dedos por encima de ellas e incorporamos al guiso dos
hojas de laurel y una cucharadita de pimentón dulce. Tapar la olla con el fuego
a máxima potencia. En cuanto comience a hervir, bajar el fuego a la mitad de su
potencia y dejar cocinar durante unos treinta minutos o hasta que las patatas
estén tiernas. Probar el gusto de sal a media cocción. Terminado el guiso,
dejar reposar durante unos quince minutos y servir caliente.
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