UNA GOZADA
En algún lugar escribí, que habitualmente no consumía huevos fritos en casa y que siempre dejaba tan delicioso manjar para cuando salía a almorzar fuera; para las oscenses fiestas de San Lorenzo o en mis añoradas visitas al hermoso Pirineo. El caso, es que me acabo también de dar cuenta, que en el último año, tomo huevos fritos con lo que sea, un par de veces a la semana. Desconozco el motivo, pero tampoco voy a indagar. Yo, encantado de la vida.
En esta ocasión, se dan cita en el plato, amén de los consabidos huevos fritos, unas salchichas de cerdo, de carnicería reconocida, también fritas, y de unos pimientos verdes, como no, fritos. El conjunto no puede ser más atractivo, colorista, sugerente y delicioso. Me resulta una combinación, además de deliciosa, muy gratificante, y capaz de convertir un aparente día de la Marmota, en algo especial. O por lo menos, así recibo yo este plato tan perfectamente combinado. No hay más historia, ni recuerdo alguno. Solo, la gozada de comerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario