martes, 16 de abril de 2024

01321 El Huerto de Invierno

 ME RECONFORTA MI ESTANCIA Y SU PRESENCIA


No tiene nada que ver con el de verano, alegre y colorista, pero sin embargo, ostenta un atractivo especial. Mi dedicación al huerto invernal es mínima. El invierno y yo no nos llevamos muy bien. Pero con todo, me gusta plantar alguna coliflor y resto de parentela, y algún que otro cardo. Lo justo, la excusa para darme una vuelta de vez en cuando.

Mis visitas al huerto en esta época del año son esporádicas. Si estoy animado y en forma, aprovecho para asearlo de hierbas, zarzas y demás naturaleza incómoda en estos menesteres. Si por el contrario me encuentro bajo de ánimo, algo muy habitual en los meses invernales, y me encuentro incapaz de levantar ni tan siquiera una azada, me siento, contemplo y hago acopio de aromas e imágenes que tanto me gustan. Un día puede ser el olor a frío junto a las espectaculares coles. Otro, un olor cercano a hoguera y unas recogidas y abrigadas escarolas. La húmeda y reposada tierra de espera a la primavera. Los buenos días de alguien que pasa y que me invita a una informal "charradeta". Algún guiso que se cocina y que huele a cocina de antaño. Y entre tanto, ordeno algún que otro pensamiento desordenado.

Mi huerto de invierno no es gran cosa, pero me reconforta mi estancia y su presencia.





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