CON ALCAPARRAS
En realidad, tendría que dedicarle esta entrada al arenque encurtido, pero no dispongo de fotografías que lo ilustren. Desaparecidos los ultramarinos de toda la vida, olvidados los cubos en los que se ofrecía tan salado manjar. Así que lo dejaré para mejor ocasión y traeré al arenque con un buen disfraz en forma de crema.
Habitualmente, esta crema la suelo hacer con una lata de anchoas en aceite y queso cremoso, pero en esta ocasión y ante una cena de picoteo a la vista, de las que a mí me gustan y de las que al día siguiente me arrepiento, le voy a subir un tono al sabor y la haré con arenque y alcaparras.
Como ya he comentado, he buscado arenques de cubo pero no he encontrado. La alternativa, al vacío, lomos desescamados, sin piel y sin espinas. Más facilidades imposible. Manos a la obra. Echamos en un vaso de cocina una terrina de queso cremoso, cuatro lomos troceados de arenques y un par de cucharadas soperas de alcaparras en vinagre. Trituramos con el brazo de cocina hasta que quede una crema más bien suave. Si con las cantidades mencionadas queda todavía muy sólida, añadimos un poco más de crema de queso hasta conseguir la textura deseada. Lo de la textura va a gustos. Servimos la crema de arenque en pequeños recipientes y adornamos con tres o cuatro alcaparras enteras.
Se puede consumir bien en tartaletas, untada en pan tostado o natural, e incluso con patatas chips o bastoncitos de snacks a modo de rancho. Todo sirve.
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