
Una de mis hijas me ha dicho hoy que cocinar en verano "es un rollo". Me lo decía sudando a gota tendida mientras se afanaba en la elaboración de unas pizzas. Por cierto, que las hace riquísimas. Un día las traeré también por aquí. La verdad es que era insoportable estar en la cocina. ¡Qué horror de calor! Y el horno a toda pastilla.
Jara tiene razón. Cocinar en verano no es que sea un rollo, pero sí poco práctico en el día a día. No apetece ni siquiera el hervor de las verduras y hasta la simple plancha se hace incómoda. Así que hay que empezar a sacar a relucir la batería de entrantes y ensaladas que tanto nos gustan. Hoy una sencilla propuesta. Una cebolla de Fuentes, unos tacos de atún, unas buenas anchoas y, aunque no me hacen gracia, pero sí a quien me acompaña en la mesa, unas aceitunas negras. Un generoso chorro de aceite de oliva virgen por encima de tan preciado bodegón y listo. El dulzor de la cebolla con el carácter salado de quienes le acompañan consiguen un bocado sobresaliente. !Qué buenos momentos nos van a deparar la mesa y el mantel en días venideros! Esto no ha hecho más que comenzar.
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