viernes, 23 de junio de 2017

00498 El Gallo y la Gallina

SANTO DOMINGO DE LA CALZADA


Me considero un forofo de las leyendas. Me gustan los hechos reales o fabulosos que la tradición oral ha ido adornando con fantasía y que han llegado hasta nuestros días. La que hoy traigo aquí, la primera en aparecer, no es que me guste más que el resto. Simple y llanamente es porque tengo fotografías a mano de un viaje reciente a la bella y entrañable localidad de Santo Domingo de la Calzada, allí donde la gallina cantó después de asada.

Desde niño me hizo gracia el dicho. También de niño estuve con mis padres en este pintoresco lugar del que apenas guardaba recuerdo. En mi última visita me pareció una población con un encanto especial. Sus calles, sus plazas, sus nobles y recios edificios, su torre anexa, que ya traje a este blog, y la fascinación adulto/infantil que me produjo ver en la Catedral, el Gallinero donde se cobijan el gallo y la gallina como recuerdo de aquel famoso milagro.

"Cuenta la tradición que entre los muchos peregrinos compostelanos que hacen alto en esta ciudad para venerar las reliquias de Santo Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio alemán con su hijo de dieciocho años llamado Hugonell. La mesonera donde se hospedaron se enamora del muchacho, que la rechaza. Furiosa la moza, introduce en el bolso del joven una copa de plata, y cuando los peregrinos siguieron su camino, la muchacha denuncia al joven por ladrón. El juez lo hace ahorcar, las leyes de entonces, Fuero de Alfonso X el Sabio, castigaban con pena e muerte el delito de hurto y una
vez fue prendido y juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado. Al cabo de un mes, cuando sus padres regresan de Santiago y se acercan al patíbulo para rezar por el hijo, se encuentran con que éste está vivo, suspendido de la cuerda, y les suplica que acudan al juez de la ciudad para que los suelten y lo dejen en libertad. El juez se encuentra sentado a la mesa a punto de trinchar una gallina: al oírles, suelta una estrepitosa carcajada y añade: ¡Tan cierto es el cuento que me acabáis de narrar como que esta gallina está viva! La gallina se incorporó sobre sus patas y saltó fuera del plato. El juez ordenó inmediatamente que se descolgara al joven y se castigara a la moza"

Y mientras esto leía, el canto de la gallina se oía.










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