MUESTRARIO DE COLORES
No me gustan los paquetitos danzando por el frigorífico ni me gusta tirar comida. Así que antes de que esto suceda, me voy a adelantar a los acontecimientos y no voy a dar oportunidad a ninguna de las dos observaciones. Han sobrado unos mejillones y tres láminas de salmón ahumado. Todo unido a una lechuga será más que suficiente, aunque poco entretenido. Tengo el día juguetón, con ganas de cortar con el cuchillo y como ya he mencionado en alguna ocasión, me gustan los timbales. Me resultan divertidos. No se hable más.
Por un lado, mejillones enteros y salmón bien troceado, así como unas hojas de lechuga, también bien cortadas. Y ahora una vinagreta de cebolla, pepinillo y huevo duro con su correspondiente aceite, vinagre y sal. Solo queda ya montar el timbal y que suene a fantasía. Primero la lechuga, después el salmón, un poco de vinagreta, los mejillones y el resto del aliño. Ya está. Rápido, sencillo y de buen conformar.
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