
No me canso de mirar y cuanto más miro, más admiro. Me desfonda más fijarme en las torpezas de cada día o en la falta de atención desatendida. Soy feliz desde mi modesta y humilde posición. Mirar me complace y satisface. Solo mirar y dejar que el tiempo pase. Sin deducciones ni prejuicios que de nada sirven y tan poco merecen.


Ayer fue mirada embelesada de niño que no crece. Mañana tal vez sea un guiño cómplice a un recuerdo que parecía dormido. Hoy, no me canso de mirar una planta entusiasmada que cobija a los duendes en un lugar amable de la montaña.
No me canso de mirar y cuanto más miro, más aliviado respiro.
qué POETA sigues siendo .. Gracias y no cambiess . mis cariños y admiración y gratitud por siempre Fernando
ResponderEliminarSiempre tan atenta y cariñosa, Carmela. Un beso enorme. A ver si me puedo escapar a mi querido Monzón y echamos una larga "charradeta".
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