UNA OBRA MAESTRA
Despacio. Poco a poco. No hay prisa. Se hace necesario prolongar el instante. Siempre es necesario alargar los buenos momentos. Y este, como tantos otros, es uno de ellos. Poco a poco. Despacio. Disfrutando de un sabor que viene de viejo. Al lado el pan. Para ayudar, para que no se pierda la más mínima brizna de este pequeño tesoro. Y en frente, un vaso de vino tinto con el que rematar la obra maestra.
Miro al cielo. Está limpio y azul. Miro al plato, limpio como una patena.
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