Nunca en mi vida he elaborado una terrina. Solo sé de ellas que me encantan y que cada vez que tengo la oportunidad de probar alguna, sea cual sea el contenido de su elaboración, me acuerdo de una que hacía mi madre de liebre. La recuerdo como algo excepcional, como excepcional era que la prepara. Dependía de si los cazadores que por aquel entonces había en casa, tenían la fortuna de regresar del campo con alguna de esas piezas. Desconozco cómo la hacía. Solo recuerdo que sobre la alicatada cocina siempre había un pequeño recetario de cocina de caza cuyas enseñanzas seguía al pie de la letra. Recetario que junto con otros de diversa índole y materias, conservo como oro en paño. Algún día los enseñaré por aquí. Me parecen unas auténticas joyas que me apetece compartir.
El resultado de la terrina me parece muy sugerente y sabroso, aunque como en todo, hay elaboraciones, por su contenido, que me satisfacen más que otras. Su intenso y prolongado sabor, presentación y esporádica degustación la hacen más atractiva a mis sentidos, si cabe.
Cuentan que el origen de la terrina se remonta a los banquetes del Imperio Romano donde era habitual realizar combinaciones de alimentos como la terrina de queso, higos y castañas. A partir de allí, la terrina fue evolucionando de acuerdo con los gustos y variedad de alimentos de cada lugar. El término terrina da nombre tanto al recipiente en sí como a las preparaciones que se elaboran en su interior. Las más clásicas suelen realizarse a base de paté de carne, -cerdo, ave o caza-, si bien, hoy en día, las podemos encontrar con pescados, mariscos, verduras e incluso frutas, cuajadas gracias al uso de gelatina. Hago observar que los puristas, este tipo de terrinas, no las consideran como tales.
Así, en líneas generales, la terrina es un recipiente, generalmente rectangular, de barro, cerámica o hierro esmaltado, dentro del cual se ponen alimentos para su cocción y conservación. Por extensión o costumbre se dio el nombre de terrina a la preparación que va en su interior, generalmente compuesta de carnes picadas, molidas y troceadas con acompañamiento de hierbas y especias.
Las terrinas que ilustran esta entrada fueron adquiridas en Francia, el land de las terrinas. Qué decir cómo estaban.
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