DELICIOSA
Si, tal y como ya he dejado constancia, me gusta el queso, y del mismo modo he dejado escrito mi gusto por la pizza, la respuesta es evidente; la pizza que más me gusta es la denominada "Cuatro Quesos". Aunque si bien lo pienso, lo digo por decir, porque la realidad es que me gustan todas. Bien es cierto, que si me paro a pensar, puede que esta variedad haya sido la que más he demandado cuando he tenido la oportunidad de elegir. Además, esta tiene su particular ritual cuando la degusto. Si se trata de otras pizzas, las como tal y como lo hace el común de los mortales. Es decir, partida en triángulos y ñam, ñam. Pero la de "cuatro quesos", no. Tiene su particularidad. La saboreo y disfruto en circunferencia. Es decir, comienzo por el borde de la masa y me dejo el centro para el final, para el último bocado, donde se dan cita y confluyen los sabores de los quesos. Mortal de necesidad. Es una manía. Una manía bien rica. Tengo que decir que la ingiero de esta forma cuando estoy en la intimidad. Cuando estoy con otros comensales pongo en práctica el uso tradicional de los triángulos y les ofrezco a su degustación como marcan los buenos modales.
Mi combinación favorita de quesos para una pizza es la de mozzarella, azul, gouda o provolone y parmesano. Lo que daría ahora por tomarme una pizza de cuatro quesos. Se me está haciendo la boca agua con solo mirar las fotografías que pasan ya a formar parte del archivo de los recuerdos. Pero no, vamos a portarnos bien. Hoy no toca. Solo para días especiales con gente especial. Hoy solo es 6 de septiembre. Pero qué buena está la condenada.
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