CHUN KUN 春卷
Hubo un tiempo en el que la comida china me volvía loco. Me gustaba frecuentar "murallas chinas" y similares. Resultaba accesible a mi deteriorado bolsillo y disfrutaba con sus singulares sabores. De primero o entrantes, dos rollitos primavera. Luego, dependía de la apetencia de mi o mis acompañantes. No tenía predilección alguna. Todo me parecía bien. Eso sí, de primero o como entrante, dos rollitos primavera y su correspondiente salsa de color piruleta.
Con el tiempo comenzaron a circular "leyendas urbanas" en torno a este tipo de establecimientos, que no reproduciré ahora para no echar más leña al fuego, lo que hizo que mi asidua acompañante rechazara la comida asiática. En las últimas décadas, se pueden contar con los dedos de una mano las veces que he comido en un restaurante chino. La última ocasión, en Barcelona, donde mi hermana María Engracia, conocedora de mi debilidad por esta comida, me invitó a comer a un restaurante asiático. ¡Cómo disfruté!
Volviendo a lo que me ocupa, el rollito primavera, la primera vez que supe de su existencia fue, precisamente, en la Ciudad Condal, hace igual cuarenta años. Fue en un bar filipino que abría sus puertas en la calle Padua. Los servían como aperitivo y allí que me iba cuando tenía oportunidad a tomarme un par de rollitos con una cerveza. Me parecían exquisitos. Ahora bien, si tengo que ubicar mi top del rollito, inexcusablemente tengo que poner la chincheta en un restaurante chino, no sé si todavía existirá, al que solía ir en mi estancia en Bilbao y que se encontraba en la calle Elcano. A pesar del tiempo transcurrido, todavía puedo reconocer su sabor y su crujir. Los bordaban.
Ahora me tengo que conformar de tiempo en tiempo con los rollitos primavera que ofrecen los supermercados. Nada que ver con los que traigo del recuerdo, pero que sirven para un apaño.
Tengo curiosidad por conocer el origen de tal elaboración y leo que son "inspiración de la cocina china. Sus orígenes comienzan en el periodo de la dinastía Song que abarcó del 960 a 1279. Estos rollitos se consumían en China durante la celebración del año nuevo lunar o fiesta de la primavera y de allí su nombre, pues esa fecha es la del inicio de la primavera. Se dice que en los principios de la receta los rollitos contenían brotes de bambú fresco, pero con el tiempo se modificó su relleno. Su forma o presentación está inspirada en los gusanos de seda de tanto valor en esta cultura milenaria y con el llegar de la primavera y su celebración nacional, estos delicados animalitos inician su periodo de engorde para dar inicio a la creación de los capullos famosos por la obtención de la seda".
Los rollitos de primavera se suelen elaborar de dos maneras: con una pasta de harina de trigo, en China, o con una pasta a base de harina de arroz, tal y como los hacen en Vietnam o Tailandia. Se extiende la pasta y se pone sobre ella los ingredientes que dependerá fundamentalmente de la región y de la época del año en que se hagan.
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