COMO UNA FIESTA
En cuanto aparecieron por el pequeño pero aprovechado salón, me pareció que la estancia se agrandaba. No las había visto antes. Llegaron para quedarse para siempre en mi recuerdo. En blanco y verde como una fiesta y flotando sobre el agua en señal de bienvenida. Pregunté por su nombre. "Margaritas ibicencas", me dijeron que las llamaban. He querido saber más sobre ellas, pero nada he averiguado. Así que las he "rebautizado" como margaritas verdes. Al fin y al cabo, qué importa su nombre. Ya aportaron su belleza en un momento de esperanzado encuentro. Para eso están las flores, para significar una fecha o acompañar a un abrazo, una caricia o a un beso. Para eso están las flores, para dejar en la memoria días imborrables de cálido y sentido reconocimiento.
No sé si volveré a verlas alegrando estancias. Las observo ahora en una quieta imagen y me siguen pareciendo bellas, como ese día de esperado encuentro en el que fueron testigos de medio siglo de querencia manifiesta. Qué importa su nombre si con solo mirarlas reconozco una fecha. Para esto están las flores, para recordar instantes de dicha plena.
entonces .. no todo se mustia . .mientras la memoria nos asista .. un abrazo
ResponderEliminarCorrecta deducción, amiga. Un beso
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