UN INSTANTE
Hay urgencia. Espera. Es un momento, apenas una decena de latidos. Mañana ya no será lo mismo. La tarde en su despedida parece querer quemar el paraje. Tampoco a ella le habrá ido bien el día, como a ti, como a nosotros, como a esa joven que llora en la pared el desconsuelo de alguna infausta noticia. Espera. Es un instante. Todo puede esperar. Todo debe esperar. La tarde en su adiós no espera, ella sí que sabe de instantes. Aunque sea sobre la marcha, pero espera. Nunca se sabe cuando de nuevo regresará el asombro, cuando la calidez de un instante regalará al cielo su fantasía. Espera. No es un por favor, es la necesidad necesitada también de su instante. Voy. Espera, que recojo el recuerdo de un ardiente abrazo entre el cielo y la tierra en un precioso y preciso instante.
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