Hay hechos y situaciones que no requieren excesiva explicación, como por ejemplo que de vez en cuando me guste acudir a la libreta de los "Sabores de mi madre", donde se escriben aquellos platos que en su día aprendí de ella y que no quiero que se pierdan en mi olvido. Con toda probabilidad no se trata de elaboraciones de campeonato. Nada sé, salvo alguna excepción, acerca del origen de sus recetas ni de quien las emuló. Supongo que algunas procederían de mi abuela y otras tendrían algo que ver con las modas y corrientes de la época, en el vis a vis de las charlas entre amigas, e incluso otras serían sacadas de algún recetario de aquel entonces.
Una de estas recetas que recupero ahora del recetario materno, es el pastel de pescado. Una elaboración sin florituras ni artificios y con sabor a "fiesta de guardar", que es cuando lo hacía mi madre. Un pastel de pescado con sabor a su principal ingrediente, la merluza, y sin más aditamentos. Y si la reunión familiar lo requería y el bolsillo lo permitía, hasta se acompañaba con algunas gambas.Traslado del manuscrito recetario.
Ingredientes para 4 personas: 1 kgr. de merluza (u otro pescado), 2 puerros (si no hay, no importa), un bote de tomate frito, una hoja de laurel y 6 huevos.
Elaboración: Hervir la merluza en abundante agua con sal, los puerros y la hoja de laurel. Cuando esté cocida, quitar la piel y las espinas. Desmenuzar la merluza y mezclarla con los huevos batidos y añadir el tomate frito. Unimos todo bien. Poner la masa en una flanera o molde y colocar a baño maría hasta que el pastel esté bien hecho. (Para saber si está hecho, pinchamos con una aguja de tejer y si sale seca es que ya se puede retirar del fuego). Dejar enfriar y desmoldar el pastel en una fuente. Servir con mayonesa y unas hojas de lechuga.
De aquel pastel al de ahora, solo hay dos pequeñas variaciones. La aguja de tejer ha pasado a la historia, que para eso han aparecido los palillos de cocina. Y en lugar de aplicar el baño maría sobre el infiernillo de la cocina como tenía por costumbre mi madre, se aplica directamente al horno. Resulta más rápido y menos latoso.
Como decía con anterioridad, no son platos de campeonato. Pero en mi imaginario, este, como tantos otros del traído recetario, es de diez, por lo que es y representa.
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