DICEN QUE TODO ES POSIBLE
en una mañana de azules y malvas.
Despertó a su eterna quimera
y acariciando sus alas,
le susurró al oído la palabra certera,
a la espera de que el aire se la llevara en volandas.
Pasaron años de paciente espera.
Regresó el sueño bañado en sudores de aguas.
Lamió sus raíces y la planta entera.
Agua y sudor, con sabor a sal costera,
llegaron del mar soñado hasta la pequeña ladera
en la que aguardaba un árbol con nube por montera.
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