ANTONIO SKÁRMETA
En los últimos meses estoy volviendo a leer libros que en su
día me cautivaron. Me apetece meterme de nuevo entre sus páginas. Es el caso
que traigo en esta ocasión hasta este caleidoscopio vital: “El cartero de
Neruda”, del chileno Antonio Skármeta. Lo acabo de releer hace escasos minutos
y, al igual que la primera vez que lo sentí, allá por finales de los ochenta
del siglo pasado, lo he disfrutado de un tirón, con algunas breves
interrupciones, cuyos motivos obviaré.
Su lectura me entusiasmó hace más de treinta años y ahora lo
ha vuelto a conseguir. Se trata de una pequeña novela llena de ternura, que
versa sobre el amor, la amistad y que rezuma poesía a lo largo de toda la obra.
Algo natural si Neruda está de por medio.
La historia es muy sencilla, como sencilla es la novela
Skármeta. Una sencillez plena de matices, interpretaciones y sensibilidad. Toda
la novela es un homenaje a la poesía, en la que un joven de 17 años es
contratado, al disponer de una bicicleta, para llevar a Isla Negra las cartas
que Neruda recibe a diario. Mario, que así se llama el joven cartero, a través
de sus conversaciones con el vate chileno, acaba adorando al poeta, además de
utilizar su poesía para conquistar a su amada. Pero también la novela recoge
una historia amarga; el proceso histórico que lleva del régimen de Allende a la
dictadura de Pinochet. La novela se inicia en 1969, y llega hasta los días del
golpe militar y la muerte de Neruda, 11 y 23 de septiembre de 1973, respectivamente.
Según cuenta Skármeta en el prólogo del libro cuando
escribió esta novela, “… trabajaba yo como redactor cultural de un diario de
quinta categoría. La sección a mi cargo se guiaba por el concepto de arte del
director, quien ufano de sus amistades en el ambiente, me obligaba a incurrir
en entrevistas a vedettes de compañías frívolas, reseñas de libros escritos por
ex detectives, notas a circos ambulantes o alabanzas desmedidas al hit de la
semana que pudiera pergeñar cualquier hijo de vecino”. El director del rotativo
le encargó que asaltara “la paz costeña del poeta Pablo Neruda, y a través de
entrevistas con él, lograr para los depravados lectores de nuestro pasquín algo
así, palabras de mi director, `como la geografía erótica del poeta’. En buenas
cuentas, y en chileno, hacerle hablar del modo más gráfico posible sobre las
mujeres que se había tirado”.
La película fue galardonada con más de 25 premios internacionales
y recibió cinco nominaciones al Óscar, incluyendo a Mejor película, convirtiéndola
en la quinta película de habla no inglesa en conseguir dicha nominación.
Finalmente, obtendría una estatuilla en la categoría de mejor banda sonora.
En cuanto acabe de publicar en el blog esta entrada, me
pondré a ver por tercera vez la película “Il Postino”. Me apetece disfrutar de
nuevo con su historia. Seguro que seguiré encontrando nuevos matices.
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