NAVIDAD
Déjala entrar. No te ocupes de las ausencias. Solo
recuérdalas. Enciende una luz por cada una de ellas y reconforta tu ánimo con
todo cuanto fueron y significaron en tu vida. Déjala entrar. Por ti, por ellos, por todos
a cuantos solo con escuchar su nombre, se les iluminan los ojos. Vamos, déjala
entrar, aunque solo sea por quienes un día también te recordarán y a quienes
alguien les dirá, abrid la puerta y dejadla entrar, que ya llega la Navidad.
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