ETERNA DUDA
Acuñar la respuesta,
a exigencias de mi alma,
requiere un esfuerzo especial,
que no alcanzo a vislumbrar.
Cada día que pasa,
es inevitable,
se presenta el trajín de decidir.
Poseído de ansiedad e inquietud,
recluto palabras, situaciones y enseñanzas,
con las que aminorar mi océano de dudas.
Me obligo a permanecer en silencio
para solucionar el acertijo
de este dilema comprensible,
vinculado a la vida que apremia.
Después de varias horas,
el sigilo me descubre el enigma:
corteza para sobrevivir,
piel para vivir.
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