SIN PALABRAS
Solo silencio, un necesitado silencio.
Dejaremos que el viento hable por nosotros,
que todo parezca nuevo a los ojos,
que la contemplación encuentre su acomodo.
Soy yo,
el de siempre,
algo más cansado y confuso.
Eres tu,
el de siempre,
más placentero y hermoso.
A golpe de emoción
haremos coincidir tu imagen y mi sonrisa.
Lanzaré un beso al horizonte
y esperaré,
no importa lo largo que sea el viaje,
a que las ondas lo traiga bañado
en espuma y aire.
Soy yo,
el de siempre,
más inestable e inseguro.
Eres tu,
el de siempre,
el de la caricia de agua y sal marina.
No dirás nada.
Nada confesaré.
Será un reencuentro de página en blanco
donde volver a escribir
lo que mañana será de nuevo recuerdo.
De ti,
de mí,
de los de siempre.
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