LLAMA Y LUZ
Cierro el ordenador por este año no sin antes encender una vela, una luz de querido recuerdo esperanzado. Diciembre consume sus últimas horas y con él, el año repasa sus cuitas antes de ceder su noble testigo incierto e inesperado. Nunca el balance acaba, es cansino repetir siempre la misma letanía. Prefiero mirar la caprichosa llama de suaves y ondulantes vaivenes que parecen querer acompañar mi plegaria ante dos rostros de quieta sonrisa y mirada eterna.
Llama y luz para atemperar la ausencia, para sentirme más cercano de toda la gente a la que amo desde este corazón que no acaba de crecer. Llama inspirada en un deseo ferviente para una luz necesitada de alumbrar nuevos amaneceres.
Como cada año, en el umbral del adiós y la bienvenida, enciendo una luz universal, cobijo y socorro de todos los buenos deseos. Un aliviado escalofrío recorre mi cuerpo emocionado y de la mano de una íntima oración, saludo a todos mis bienaventurados.
Feliz Año.
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