viernes, 29 de julio de 2016

00334 La Flor del Granado

DULCE COLOR


Nunca hasta el pasado mes de junio había visto tan de cerca la flor del granado o por lo menos no de manera consciente. De hecho, y para no faltar a la verdad, cuando tomé las fotografías no sabía que se trataba de la flor de semejante super fruto. Me gustó su color, su porte y la luz que se posaba sobre ella en una apacible mañana empleado en coger cerezas. Cuando llegué a casa estuve intentando averiguar su nombre pensando que era una flor más. Encontré alguna parecida pero no me fié de mi intuición. Fue en una floristería donde sin dudarlo me confirmaron que se trataba de la flor del granado.

Desde que inicié este blog intento estar más atento,  si cabe,  a cuanto me rodea o sale al paso, en busca de cosas que me gusten por muy nimias que sean. Esta fue una casualidad, una hermosa casualidad más, que me incitó a que le dedicara unos minutos no previstos. No sabía de qué se trataba, desconocía qué estaba fotografiando. Era un estallido de dulce color, de luz y armonía, y eso bastaba. El nombre y apellido de mi atención poco importaban entonces. Tiempo habría para averiguarlo.

Revisando mi archivo fotográfico me he vuelto a topar con la flor que en su día tan inesperadamente me atrajo. Me sigue pareciendo preciosa por lo inusual para mí y me regresa al silencio de unos cerezos a los pies de la sierra de Guara.

Leo que el granado es originario de la región que abarca desde Irán hasta el norte de los Himalayas,  en la India. Y a partir de aquí, un buen número de anécdotas y curiosidades. Por ejemplo, los antiguos egipcios eran enterrados con granadas y los babilonios creían que masticar sus granos antes de las batallas los hacían invencibles. Hipócrates, por su parte, recomendaba el jugo de la granada contra la fiebre y como fortificante contra la enfermedad.

Muchos pueblos han visto la granada como un símbolo de amor, fertilidad y prosperidad, y según la mitología griega, el primer granado fue plantado por Afrodita, la diosa del amor y de la belleza, mientras que el dios del infierno, Hades, le ofreció su fruto a la bella Perséfone para seducirla.

Romeo se ocultó entre la espesura de un granado para cantarle una serenata a Julieta y en China se tiene la costumbre de ofrecerle una granada a los recién casados como auspicio de una descendencia numerosa. El color rojo de esta fruta es considerado por la tradición china un color que atrae la buena fortuna. Además, por tener la granada una gran cantidad de pepitas, era considerada en la antigüedad como un símbolo de fertilidad y fecundidad. En Roma era habitual que las novias llevasen un tocado de ramas de granado.

    Es una de las llamadas super frutas por los compuestos químicos de acción positiva que posee; es rica en antioxidantes y potasio, calcio, magnesio y vitamina C.









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