Y A SER POSIBLE, LAS DE ARRESE
Traigo hasta este caleidoscopio vital otra de mis
debilidades: las trufas de chocolate. Vaya por delante que se trata de una
debilidad contenida. De hecho, según me indica la información de las
fotografías que acompañan este texto, las últimas que degusté datan de
diciembre de 2018. Una generosa caja que me regaló mi querida cuñada/hermana
Ana en una visita a Huesca desde Bilbao. Los deliciosos dulces, a pesar de mi
débil interés por mantenerlos en el frigorífico y así disfrutarlos durante unos
cuantos días, no alcanzaron la tercera jornada con nosotros. Superior a mis
fuerzas. Bueno, por no faltar a la
verdad, las Navidades pasadas comí una aproximación a este dulce. Sí, en la
caja roja que las acogía ponía trufas de chocolate, pero nada que ver con las auténticas
trufas, con la de verdad.
Y es que para hablar de trufas de chocolate del 10 tengo que
volver a recurrir, como ya he hecho con anterioridad con algún que otro dulce,
a la bilbaína Pastelería Arrese. Son las mejores que hasta ahora he podido
probar. Me resultan deliciosas, finas, nada pesadas y con unos sabores muy, muy
especiales: Baileys, Chocolate, Cointreau, Nata, y Nata y Chocolate, estas
últimas para mí, el no va más de las trufas. Es por eso que cuando mi querida Ana,
sabedora de mi debilidad por este dulce, me obsequia con una caja de trufas de
Arrese, lo celebro como niño con zapatos nuevos.
Hubo un tiempo, en la prehistoria de mis días, que me dio
por hacer trufas caseras con una receta que me facilitó mi hermana María
Engracia. Dejé de elaborarlas porque comenzaron a convertirse en una adicción
desmedida e incontrolable. Aunque no tenían nada que ver con las de Arrese, ni
de lejos, salían “resultonas”. Todavía conservo la receta de puño y letra de mi
hermana. Cualquier día de estos me vengo arriba y vuelvo a recrear la receta.
Dice así:
Ingredientes: 250 gramos de chocolate fondant, una generosa
cucharada de mantequilla, 200 ml de nata para montar y 200 gramos de fideos de
chocolate. Opcional, un chorrito de cognac o del licor que se desee.
Elaboración: Ponemos en un cazo el chocolate troceado y la
mantequilla, y derretimos a fuego medio. (Esta receta tiene ya sus años, así que
ahora podemos derretir el chocolate y la mantequilla en el microondas).
Montamos la nata que añadiremos al chocolate, una vez templado, y que mezclaremos
con movimientos envolventes. Este es el momento, si se quiere, de incorporar el
licor que nos guste. Dejamos enfriar la mezcla en el frigorífico durante un par
de horas. Hacemos bolas con la masa y las rebozamos con los fideos de
chocolate. Dejamos de nuevo en el frigorífico y listas para comer.
Recomendación: hacer bolas que se puedan meter en la boca de un solo bocado.
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