MÁS PROBATINAS
No asustarse. Hay cosas que dan más miedo. Esto no es más que una de esas probatinas que de vez en cuando me gusta hacer y a ver qué pasa.
Voy sobre aviso porque cuando en alguna ocasión he comentado esta combinación de alimentos, las caras de mis interlocutores no han sido muy complacientes e incluso han dejado asomar cierto rechazo, sobre todo a quienes les encanta la torteta hasta rabiar y se la comen cruda, tal cual. Les entiendo.
Esta unión de torteta y mango nació de mi hartazgo de ver rondar por el frigorífico una pieza de esta fruta día tras día y que me pareció había recorrido ya todos los rincones posibles del frío electrodoméstico. Así que decidí hacerla desaparecer. Estaba muy madura y colocada en esta ocasión sobre un paquete de tortetas envasadas al vacío. Algo me dijo entonces que podía probar a mezclar sus sabores. Me gustan las combinaciones de dulce y salado. Si funcionaba esta, la volvería a repetir. Si no era así, tal día haría un año.
Cogí una torteta y la corté en láminas muy, muy finas. A continuación, la dispuse en crudo sobre una bandeja y la rocié de aceite de oliva virgen y una escamas de sal Maldon. Pelé el mango y lo coloqué troceado junto a la torteta. Solo quedaba probar la combinación de sabores. Un trozo de torteta y otro de mango... No estaba mal. No se daban excesivas bofetadas entre ellos e incluso el sabor final llamaba la atención. Se podía repetir. Solo restaba buscar una presentación más sugerente. Será para la próxima oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario