Todavía queda algo de sabor del verano reciente. Son ellos, los pequeños tomates cherry quienes me devuelven a los apacibles y relajados días de sol y huerta.
Siguen crujientes, tersos y sabrosos como el día que los arranqué de las olorosas y decorativas tomateras. En la mesa continúan siendo bien recibidos con la incógnita de cómo o en compañía de qué aparecerán.
No necesitan reinventarse ni sofisticación alguna; simplemente, imitar a sus primos los tomates mayores. Así que hoy serán servidos con migas de atún, ajo, sal y aceite. Es más que suficiente compañía para un frugal deleite. Es más que idóneo para no olvidar un pellizco de sabor del verano más reciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario