EL YIN YANG


Dulce de fiesta, de dádiva y presente para huésped. Admiración y agradecimiento. En el obrador se obra y trabaja sin descanso, sin tregua, sin saber el destino de su quehacer. La historia y el cuento están por escribir. Cada uno la suya.

Sencillo, humilde, noble, pero siempre atento al disfrute.
Llegué con ellos en número de doce. Me voy con ellos contando once, no había más. No fui previsor. Pero estuvieron, una vez más, en el hola y en el adiós.
Llegué con ellos en número de doce. Me voy con ellos contando once, no había más. No fui previsor. Pero estuvieron, una vez más, en el hola y en el adiós.
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