lunes, 28 de noviembre de 2022

01069 El Carpaccio de Ternera

INVENTO ITALIANO


Desde que probé por primera vez el carpaccio de ternera, de esto hará unos quince años, no he dejado de asociarlo a celebraciones. Se trata de una preparación que acostumbra a gustar a todo el mundo, es muy agradable de comer y su presencia en la mesa siempre llama la atención. En casa, no hay cumpleaños, comida familiar, de amigos o Navidades que no se deje de contar con él a la hora de preparar el menú. 

Esta original preparación de la carne fue un invento de Giuseppe Cipriani, bastante dado a la improvisación, del Harrh’s Bar de Venecia y se popularizó durante la segunda mitad del siglo XX.  Según se cuenta, a Giuseppe le gustaba la pintura italiana y decidió darle a su “nuevo invento” este nombre en homenaje a Vittore Carpaccio, artista veneciano muy reconocido por sus pinturas de la Venecia renacentista. En las obras del pintor italiano predominan los colores rojos y amarillos, como en el carpaccio la carne y el parmesano.

Ahora es frecuente ver carpaccio de pescado o fruta, si bien el original se prepara con carne cruda, ternera y vaca habitualmente. Se corta muy fina y se sirve principalmente como aperitivo. Aunque en la actualidad hay muchas formas de servirlo, en su origen se hacía con limón, aceite de oliva y trufa blanca o parmesano.

He degustado varias propuestas de carpaccio a cada cual más interesante, pero en esta ocasión me voy a decantar por la clásica: el de carne de ternera con queso parmesano.

Ingredientes: ½ kilo de carne de ternera, 150 gamos de queso parmesano, zumo de limón, pimienta, aceite de oliva virgen extra y sal.

Elaboración: En primer lugar, deberemos tener en cuenta que la carne esté bien limpia de grasa y nervios. A continuación, envolveremos la pieza de carne en papel film y la introduciremos en el congelador por espacio de tres cuartos de hora con el fin de que se endurezca. Transcurrido este tiempo, sacamos la pieza de carne del congelador, le quitamos el papel film y la vamos cortando en filetes lo más finos posible. Una vez cortados, también podemos aplanarlos con la ayuda de la hoja del cuchillo. Colocamos los filetes en una bandeja, intentando que no se solapen demasiado, y los introducimos en el frigorífico hasta el momento de servir.

Antes de sacar el carpaccio a la mesa, prepararemos el aliño. Para ello, mezclaremos el zumo de un limón, tres cucharadas de aceite de oliva extra, pimienta y un pellizco de sal. Terminaremos espolvoreando queso parmesano cortado en lascas.

 




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