CON MANTEQUILLA Y MERMELADA
En algún momento de este reto personal ya he dejado constancia de mi gusto por la mezcla de lo dulce y salado. He aquí otra muestra. Una buena galleta María, no creo recordar conocer una mala, mantequilla y una dulce mermelada, a ser posible de las elaboradas en casa, y ya tenemos organizado otro pequeño y mundano placer.
Este manjar, sí manjar, acontece en muchas de mis cenas, sobre todo cuando en el frigorífico me espera alguna mermelada hecha en casa. Habitual en esas noches en las que la gusa está despistada y un ronroneo recorre mi estómago. Diez galletas María para que hagan un total de cinco exquisitos bocados, finas láminas de mantequilla con sal y una generosa cucharada de mermelada, no importa su sabor, y a disfrutar. A pequeños mordiscos, sin prisa, recreando el crujir de la galleta y extremando el cuidado para que su contenido no se desparrame. No siempre lo consigo. Y en punto y seguido, la tentación. Aferrado al sillón para no reiterar la operación.
Siento curiosidad por conocer el origen de las galletas María. Según Alfred López, un afamado bloguero movido por las curiosidades, "corre una explicación que ha acabado convirtiéndose en leyenda urbana y que erróneamente asegura que estas peculiares y famosas galletas deben su nombre a que en la década de 1920 el galletero español Eugenio Fontaneda decidió llamarlas así en honor de su pequeña nieta". Pero López asegura que las humildes galletas fueron inventadas y bautizadas con este nombre medio siglo antes en el Reino Unido. Sería en Londres donde los maestros reposteros James Peek y George Hender Frean, propietarios de la prestigiosa "Peek, Frean & Co", decidieron crear una nueva y original galleta, diferente a los biscuits que hasta entonces producían y servían junto al tradicional té de las cinco. El motivo era conmemorar la boda Real que se celebraría el 23 de enero de 1874 entre el príncipe Alfrred, duque de Edimburgo y María Alexandrovna. Fue por este motivo por el que Peek y Frean quisieron homenajear a la nueva integrante de la familia real británica con ese presente al que bautizaron con el nombre de "Marie biscuit" en su honor.
Muchas gracias por la cita, Fernando. Un cordial saludo
ResponderEliminarNo hay nada que agradecer, Alfred. En todo caso yo a ti por dar respuesta a muchas de mis curiosidades. Un saludo.
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