RECUERDO COMPARTIDO
He regresado por el camino alado de inocencia hasta llegar a un lugar de aguas estancadas y mancharme los zapatos de limpio polvo y de paso, curar alguna herida en las rodillas de mi infancia. Posiblemente ahora no resulte a mis ojos aquel lugar de bello encanto y abstraída visión donde unos asombrados ojos custodiaban un pequeño paraíso de ánades y variopintos peces. Seguramente el mirar será ahora una excusa para un recuerdo compartido.
Unos niños tiran a los patos miguitas de pan. Copos de harina de una herencia transmitida. Las mismas nerviosas y cómplices risas como las de ese ayer cada vez más lejano y que pide necesitado transitorios abrazos. Los mismos torpes saltos de puntillas cada vez que la miguita desaparecía de la superficie del agua tras un sonoro chasquido. El mismo regocijo en una tarde impresa de reflejos en el agua.
He regresado a mi infancia por si me necesitaba, por si quería decirme algo cuando se quedó sin palabras. El agua, el estanque, los patos, el sol, la luz, los reflejos y la estampa estaban allí. También mi infancia, que solo quería abrazarme.
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