HOLAAAAAAA!
En verdad, este banco no se llama así. Ni siquiera sé si tiene nombre. Siendo yo muy pequeño lo bauticé de esta manera, "el banco de los susurros". Era, es, un banco mágico. Un banco a través del cual un simple susurro se amplifica, el improvisado secreto se magnifica y un lejano te quiero se hace enorme y cercano.
Era, es, un banco en el que no se juega ni se salta. Como mucho, se pasea, como hacen los susurros. Muy bajito alguien dice en una esquina del banco, "holaaaa", y alguien escucha con asombro al otro lado, "holaaaa". Y aquel responde, "¿cómo estássssss?", y de inmediato el destinatario responde, "bieeeeeeen" Y así se va pasando el rato entre susurros y encanto.
Cuántos "holas" se han deslizado por sus mosaicos, cuántas risas han ido venido de un extremo a otro del banco, cuántas voces han asombrado en ese banco del parque que en mi infancia fue un regalo. Era, ahora ya no, un banco de reto. Me dijeron que alguien llegó a escuchar su voz al otro extremo en veloz carrera. Yo nunca lo conseguí. Creo que me tomaron el pelo. Y así estoy ahora.
De vez en cuando me gusta recordarlo cuando voy acompañado. Para escuchar su mágico encanto son necesarios dos. Y sigo igual de asombrado como aquel niño que nunca consiguió escuchar su propia voz.
los ecos y las resonancias hay que ver mi querido amigo como nos dejan huella .. un abrazo . me encantaba escucharte y ahora al menos leerte .
ResponderEliminarEste banco siempre ha tenido un algo especial, Mary Carmen. Y sí, desde la infancia llegan todavía muchos ecos y resonancias. Un beso
EliminarEste banco siempre ha tenido un algo especial, Mary Carmen. Y sí, desde la infancia llegan todavía muchos ecos y resonancias. Un beso
Eliminar