martes, 12 de enero de 2016

00209 Hecho

ECHO

No es una casualidad y tampoco un capricho. Es un destino concurrido, una amalgama de sensaciones que pasado el tiempo todavía siguen buscando el acomodo en otras edades de  limpios y soleados cielos. Es el albergue de nítidos recuerdos traídos de la orilla del río, en torno a una mesa, de  pausados paseos entre piedra soñada con olor a chaminera.

Villa de camino y encuentro deseado. Lugar de bienvenida y calmada espera donde el tiempo se queda en la antesala de un valle de apretado abrazo, donde el río transparente se despide con un runrun de hasta siempre mientras sigue su curso para encontrarse y regalar sus aguas al gran caudal.

Piedra soñada en larga sobremesa para revitalizar la palabra de mirada infinita encontrada en cualquier sendero, bajo el boj de tamizado olor a tierra, agua y ardiente sol. Y el tiempo pasa en la paciente espera sin engaños ni trampas antes de que llegue un nuevo y hermoso despertar.

Un dulce canto sale de algún conocido lugar: "S'ha feito de nuey, tú m'alguardas ya Lo peito me brinca'n tornarte a besar. Lo nuestro querer no se crebará Anque charren muito y te fagan plorar. Yo no quiero vier güellos de cristal Mulláus por glarimas que culpa no han. Escuita muller, dixa de plorar Yo siempre he estáu tuyo, tú mía has de estar; Dicen que un querer ye dos no más Y que ye más fácil ferlo caminar, cuando l'uno caye, l'otri a devantar... Cuando l'uno caye, l'otri a devantar... S'ha feito de nuey, tú m'alguardas ya Lo peito me brinca... Te quiero besar".

No hay comentarios:

Publicar un comentario