VENGA, HACIA ARRIBA
mira hacia el cielo
y toma un respiro.
Busca acomodo
en el mejor sentido.
Ata los machos,
burla al destino
y orienta el camino
de piedras y espinos.
Invierte el esfuerzo
en la esencia del oficio,
que es la vida.
Y con este remiendo,
venga, hacia arriba,
que no se diga.
Si la vida se tuerce,
no caigas ni desistas.
Encuentra un abrazo de acomodo,
unos ojos aseados,
un reposo liberado
y un hacia adelante decidido.
Considera el quiebro
como una prueba,
como un mal necesario,
aunque no sea bien entendido.
Y con pulso firme y plomado,
venga, hacia arriba,
que no se diga.
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