Sin saber cómo se nos ha echado el tiempo encima y llegamos tarde a la cita. Entre que llamamos por teléfono para avisar de nuestra tardanza, damos alguna que otra explicación y pedimos mil perdones, consumimos unos minutos preciosos que prolongan todavía más nuestra falta de puntualidad. Aquí es donde entra en juega la ensalada barbuda. Con ella queremos significar que estamos listos en cero coma, tal y como vulgarmente se dice ahora. Lo que nos cuesta un rápido afeitado. De hecho, hasta ya tenemos la espuma de afeitar sobre la cara. Una pasada rápida de maquinilla y listos. Luego ya daremos todo tipo de explicaciones y disculpas.
También la podemos utilizar para trasladar con anticipación a nuestro interlocutor que posponemos la hora de la cita prevista en diez minutos. Es decir, lo que nos cuesta un rápido afeitado.
Ingredientes: lechuga, tomate, pepinillo, atún y queso feta.
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